Dicen que el peor enemigo de una mujer es otra mujer, opinión con la que no coincidió Patricia Obregón Montes, quien sostuvo que nadie es mejor que una fémina para entender a otra y ayudarla a salir adelante.
Desde hace más de una década, así lo ha hecho, cuando creó la fundación Valeria AC y abrió el Centro de Atención a Niños con Lesión Cerebral, en Cuautepec de Hinojosa.
En dicho espacio, dijo, actualmente cuidan a 20 menores, que en 80 por ciento son hijos de jefas de familia “porque sus parejas los abandonaron; no porque sean malos, sino que la mayoría de los varones no son educados para enfrentar sus emociones; incluso, los que se quedan son solo proveedores, pues pocos se involucran en el cuidado de los niños con capacidades diferentes”.
Cuando Paty tenía 23 años de edad y cursaba los últimos semestres de la licenciatura en Psicología Educativa, nació su hija Valeria; sin embargo, una septicemia no detectada a tiempo provocó en la niña una lesión cerebral severa.
Valeria, posteriormente, fue diagnosticada con síndrome de Lenox-Gastaut, enfermedad con una incidencia de uno en un millón de infantes por año, caracterizada por múltiples crisis epilépticas diarias, aunado a un autismo secundario.
“Aún me cuesta aceptarlo. Todas las familias que pasamos por los procesos de discapacidad tenemos duelos cíclicos del hijo ideal perdido, pero he aprendido a vivir con eso, adoro a mi hija”, expresó.
Debido al apoyo de su familia, Patricia logró no solo completar la carrera y titularse, sino ejercer su profesión durante un par de años, sin desatender todo lo que implicaba el cuidado de Valeria.
Agregó que durante 10 años estuvo totalmente inmersa en la rehabilitación de la menor, siempre con pronósticos catastróficos: “Le dieron unos cuantos meses de vida; hoy, tiene 20 años”.
Fue a través de un programa de rehabilitación sugerido que empezó a aplicar a Valeria desde casa que paulatinamente atrajo a otras mamás de niños con capacidades diferentes, con las que ha compartido conocimientos, experiencias y, sobre todo, el sentimiento de hermandad.
El cuidado que ofrece el Centro de Atención a Niños con Lesión Cerebral Valeria A. C. es integral e incluye a las madres de los infantes, quienes reciben terapia psicológica y contensión para sobrellevar los duelos cíclicos, las culpas injustificadas y el denominado “síndrome del cuidador”.
De acuerdo con Obregón Montes, el responsable primario, en este caso la madre, es quien está a cargo de la atención de personas dependientes y, según estudios, 83 por ciento representa a mujeres.
Ella lo conoce y lo ha vivido, sabe que el “síndrome del cuidador” repercute en la salud física, emocional, psicológica y social de las personas que asisten, ya que centran su total atención en el enfermo y renuncian a su vida cotidiana.
El camino no ha sido fácil, pero, al igual que la progenitora de Valeria, Yocelín García, Diana Domínguez y Cristina Sampayo, también madres de menores con capacidades especiales, están convencidas de que entre dos o más personas “pesa menos la cruz”.
La adversidad entrelazó sus caminos y las mantiene de pie a pesar de la discriminación y rechazo social que por desconocimiento, justifican, enfrentan sus pequeños, así como ellas, quienes, como parte del Día Internacional de la Mujer, no solicitan más que solidaridad, empatía, tolerancia y un mundo sin etiquetas.
María Antonieta Islas
Cuautepec de Hinojosa
