Activistas de la región Tula señalaron que, de acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), presentada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para validar las obras del Plan Hídrico de Tula, los trabajos resultarían ilegales, pues no se apegan a lo establecido en el documento.
Gerardo Castillo García, ambientalista independiente, quien desde 2017 ha defendido el ecosistema del afluente, consideró que, de acuerdo con el MIA de la Conagua, se deberían habilitar dos nuevos vasos reguladores para impedir el sobredimensionamiento del río Tula, lo que no se ha hecho, fustigó.
El también directivo de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) Tula condenó que se ha incumplido con la limpieza y desazolve de las presas Requena y Endhó, por lo que, al omitirlo, pese a que se encuentra inscrito en el MIA —aprobado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) federal—, los trabajos en el afluente resultan “totalmente ilegales”.
“Limpiar los vasos reguladores ya existentes y construir otros dos sitios de regulación es lo que deberían de estar haciendo (las compañías contratadas para ejecutar el Plan Hídrico de Tula) y no laborar en la destrucción de un ecosistema, que, aunque contaminado, es todavía fuente de vida”, recriminó.
El activista criticó que el 6 y 7 de septiembre pasado, cuando comenzó la inundación del centro de la ciudad, así como nueve de sus localidades, no se implementara el protocolo antiinundaciones establecido en el MIA, que estipula su puesta en marcha en dos fases, con diferencia de seis horas, el cual, a falta de vasos reguladores, “la Conagua se pasó por el arco del triunfo”, dijo.
Asimismo, consideró que las obras de la Conagua, más que ayudar a Tula, implican un deterioro ambiental mayor al que ya se tiene.
Los señalamientos sobre las labores se vertieron en una reunión con personal de la dependencia federal, autoridades municipales y damnificados de la inundación del pasado septiembre.
MÁS POLUCIÓN
Las obras del Plan Hídrico de Tula, que implican la ampliación, rectificación y revestimiento del río, derivan de la inundación de septiembre pasado y buscan evitar este tipo de emergencias, pero también implican la destrucción del ecosistema del afluente y la desecación de los mantos acuíferos de la zona, además de que la Capital Tolteca reciba mayores flujos de agua negra y contaminación, señalan activistas
Miguel Ángel Martínez | Tula de Allende