El biólogo Rodrigo Arturo Ríos Barrios aseveró que hay una sobrepoblación de fauna feral en la Sierra Otomí-Tepehua; es decir, gatos y perros en estado salvaje.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), dicha clase de animales se compone de especímenes domésticos que se han aislado de la influencia humana y han adoptado un comportamiento silvestre.
En el caso de los perros, añade la dependencia, aún pertenecen a la especie canis lupis familiaris; sin embargo, evitan contacto con las personas y actúan como una manada de lobos.
Al respecto, Ríos Barrios explicó que la fauna feral es considerada una población invasora, que representa un peligro para el equilibrio ambiental, pues “desajusta” la cadena alimenticia y puede destruir ecosistemas.
Agregó que la proliferación de gatos y perros en estado salvaje ha ocasionado que especies como los temazates y los tlacuaches se encuentren vulnerables, pues externó que se ha vuelto más difícil observar a ejemplares de ellas.
También refirió que, al transitar sobre la carretera Tenango-Tulancingo, es posible ver a manadas de canes y felinos ferales, que podrían ocasionar “cambios drásticos” en el ecosistema.
Asimismo, el biólogo externó que dicho problema podría “salirse de control” debido al abandono de mascotas.
Vanessa E. Romero I Tenango de Doria