Para acabar con la violencia en la demarcación, que en 2019 estuvo desbordada, es necesario reconstruir el tejido social, recuperar los valores perdidos y trabajar en el restablecimiento de la base de la sociedad: la familia, manifestó el obispo de la Diócesis de Tula de Allende, Juan Pedro Juárez Meléndez.

Señaló que los delitos constantes en la región ocurren debido a que el tejido social “se ha roto; para empezar, con las familias, y si las familias andan mal, si están desintegradas, no podemos esperar resultados diferentes (sic)”.

“Todo parte de que ya na-die quiere compromisos, nadie quiere el matrimonio, solo la unión libre entre los jóvenes, y si después vienen los hijos, esas familias empiezan mal”, agregó el clérigo.

Sin precisar cifras, el cura indicó que resulta incongruente que las autoridades civiles se quejen de abundantes crímenes de alto impacto: asesinatos, secuestros y desapariciones forzadas; pero en su lugar propongan leyes contra la vida, como el aborto y la eutanasia.

Pérez Meléndez expresó su inconformidad sobre que, para justificar las muertes “legales”, los políticos se escuden en la modernidad, pues “cacaraquean que ya son nuevos tiempos y que las sociedades evolucionan como en Ciudad de México… Facilitan el divorcio, el matrimonio entre personas del mismo sexo y con ello la desintegración familiar”.

Miguel Ángel Martínez
Tula de Allende