La Huasteca está de fiesta con el Xantolo, una celebración milenaria que deriva de la costumbre prehispánica del Mijkailjuitl, que en náhuatl significa Día de Muertos.
El ritual empieza el 24 de junio, cuando se prepara la tierra para recibir las semillas de la flor de cempasúchil.
A partir del domingo grande, que este año cayó el 28 de octubre, comienza la venta en la zona centro de Huejutla, previo a la llegada de las ánimas.
En la plaza vendedores exhiben artesanías y productos para las ofrendas. Los mercados se llenan con los colores del cempasúchil, flor terciopelo, nubes, crisantemos, rosas y la caña, que es utilizada para adornar los arcos.
En los puestos de artesanías hay caballitos, fruteros, oreros, sahumerios, tazas, jarras, copaleras, entre otros artículos.
El Xantolo, además de ser la fiesta más importante de la región, genera un repunte en la economía de las familias por el turismo y aumento de ventas.
La música es una parte esencial de la celebración; las bandas de viento y los tríos hacen sonar el violín y la jarana al ritmo del son huasteco.
Las cuadrillas integradas por hombres, mujeres y niños ataviados con máscaras interpretan la Danza de los Huehues o la Danza de los Viejitos, uno de los bailes que distinguen el Milkailjuitl.
La preparación del arco empieza el 30 de octubre. Las familias compran caña y palmas y adornan la entrada para los fallecidos. El estallido de cohetes indica la llegada de los niños difuntos el primero de noviembre; un día después son recibidos los adultos.
Francisco Bautista l Huejutla
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