El Concejo interino de Tula hizo valer ayer la prohibición de semifijos en la zona centro del municipio, luego de que locatarios del primer cuadro de la ciudad señalaron que el ambulantaje causa afectaciones económicas a los dueños de establecimientos.
El sábado pasado, diversas agrupaciones de comerciantes formales sostuvieron una mesa de trabajo con el colegiado, en la que expusieron sus quejas e hicieron notar a las autoridades que la competencia desleal les provocaba pérdida de ingresos.
Tras la reunión, se determinó que lunes, martes y miércoles las calles estarían libres de comercio informal, como medida para amortiguar las bajas ventas de los locatarios.
En un recorrido por el centro de Tula, Criterio constató que las calles estuvieron libres de puestos itinerantes.
En la reunión del fin de semana, los comerciantes establecidos amagaron al Concejo interino con salir a las calles a vender y no regresar a sus locales hasta que no se prohibiera la instalación de los ambulantes.
Incluso, uno de los quejosos expuso que la situación es “nociva”, ya que los placeros se colocan frente a sus negocios e impiden que accedan los clientes, lo que reduce sus ingresos y puede hacer que lleguen al a “quiebra”, pues algunos pagan rentas de hasta 60 mil pesos.
En tanto, la presidenta concejala, Verónica Monroy Elizalde, se pronunció respecto a la prohibición definitiva del comercio itinerante y dijo que no lo llevaría a cabo, ya que perjudicaría a “decenas” de familias que dependían de esa actividad, pero que se haría una regulación estricta de los informales.
Miguel Ángel Martínez I Tula