Emilio Barrera Hernández es un joven originario de la comunidad San Andrés Miraflores, perteneciente a Tlahuiltepa, que soñaba con ser ingeniero automotriz, pero no pudo terminar su educación media superior.
Tras dejar sus estudios, migró, regresó y ahora trabaja para una empresa canadiense en Irak, en la que pasó de ayudante general a operador certificado de maquinaria pesada.
Emilio es el mayor de cuatro hermanos. Sus padres son Emilio Barrera, a quien califica como el mejor herrero de La Cañada, y Dora Hernández, a quien describe como “la más hermosa y noble”; actualmente es padre de dos niñas y está casado.
“Estudié preescolar, primaria y secundaria en San Andrés, para el bachillerato me tocó salir a la comunidad de Cieneguilla, Cardonal, el cual no terminé. No fue porque no me gustara ni por necesidad, porque gracias a mis padres, quienes trabajaban duro, jamás me hizo falta nada. Sinceramente, no terminé por tonto y por seguir el sueño americano”, explicó.
Agregó que deseaba prepararse académicamente, soñaba con ser ingeniero automotriz, le gustaba dibujar y diseñar modelos de autos, pero no le fue posible lograrlo.
“Mi novia y yo nos convertimos en papás, no es algo de lo que me sienta muy orgulloso porque éramos muy jóvenes y nos faltó más conocimiento sobre la planificación familiar; sin embargo, a pesar de haber perdido parte de nuestra juventud, me siento muy feliz de los dos hermosos hijos que tenemos”, dijo.
Su primera oportunidad fue en la construcción del gasoducto Tamazunchale-El Sauz, que cruzó varios municipios de Hidalgo. Fue contratado como ayudante general; a los cuatro meses, le dieron la oportunidad de maniobrar una máquina y avanzó a otras más complejas. No obstante, la empresa terminó sus labores y se quedó sin empleo.
La compañía se trasladó a Sonora y no pudieron contratarlo en el mismo nivel en que estaba. Un día surgió una oportunidad y su papá lo animó a aceptar, así es como partió a Sonora con la misma firma, que al ver sus aptitudes lo capacitó y certificó.
“Tengo compañeros extranjeros: colombianos, venezolanos, españoles, italianos y de muchísimos lugares del mundo, los cuales de carrilla me dicen el Inge, pues dicen que a pesar de no tener un título en mano, siempre he buscado la forma de salir adelante”, narró.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), más de 84 mil personas originarias de Hidalgo partieron al extranjero. El organismo estima que 426 mil de ellos se encuentran en Estados Unidos.
La Secretaría de Desarrollo Social de Hidalgo (Sedeso) calcula que en esta temporada decembrina arribaron aproximadamente 21 mil migrantes, especialmente de Estados Unidos, para pasar Navidad y Año Nuevo con sus familias.
APROVECHÓ SUS OPORTUNIDADES
Su primera oportunidad fue en la construcción del gasoducto Tamazunchale-El Sauz, que cruzó varios municipios de Hidalgo.
Fue contratado como ayudante general; a los cuatro meses, le dieron la oportunidad de maniobrar una máquina y avanzó a otras más complejas. No obstante, la empresa terminó sus labores y se quedó sin empleo.
La compañía se trasladó a Sonora y no pudieron contratarlo en el mismo nivel en que estaba, pero lo capacitó y certificó.
Antonio Reyes | Tlahuiltepa
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