A falta de respuesta y apoyo gubernamental para la construcción de un memorial en la zona cero de Tlahuelilpan, familiares de los 137 fallecidos en la explosión de un ducto el 18 de enero de 2019 comenzaron la construcción del mausoleo.
A días de que la edificación empezara, Criterio recorrió el lugar, donde platicó con al menos cinco deudos, quienes comentaron que “se cansaron de esperar” a que se cumpla la promesa de los tres órdenes de gobierno de ayudarles a poner en pie “un lugar sagrado” para recordar a sus seres queridos.
Reprocharon que ya se cumplió más de un año desde que se les dijo que el gobierno federal iba a comprar y dar certeza jurídica al polígono donde ocurrió la tragedia, para que la administración estatal pusiera el material y la mano de obra a fin de erigir el templo.
Agregaron que ante este escenario, platicaron y gestionaron con un particular —de quien no revelaron la identidad— la donación de los materiales para levantar la ermita para rememorar a sus familiares.
Durante el primer aniversario de la explosión, el gobierno de la República, a través de la entonces subsecretaria de Participación Ciudadana y Asuntos Religiosos, Diana Álvarez Mauri, se comprometió a comprar el predio de la zona cero y el estatal a construir el memorial.
A dos años un mes de la deflagración, en la zona no había avances, hasta la semana pasada que retomaron el proyecto los familiares de las víctimas.
Miguel Ángel Martínez
Tlahuelilpan
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El alcalde de Tlahuelilpan, José Alfredo Díaz Moreno, reveló que el Concejo interino que estuvo a cargo de la demarcación durante tres meses dejó un endeudamiento que rebasa los 700 mil pesos en diversos rubros.
En entrevista con Criterio, el edil aseguró que entre los compromisos de pago más grandes que tiene el municipio están el de la edificación de los arcos de bienvenida, el acarreo de materiales al sindicato de trabajadores del ayuntamiento para la obra del Banco del Bienestar y una deuda con la Comisión Estatal del Agua (CEA) y con la CFE.