La reducción de horarios, la suspensión de giros no esenciales y la baja capacidad económica de la población a causa de la pandemia impactó al sector comercial de la Sierra Otomí-Tepehua, el cual concuerda que pese a estas dificultades “no pueden frenar su actividad”.

Alicia Vázquez Patricio, vendedora de comida en Tenango de Doria, afirmó que para su sector es más difícil respetar la consigna de “quedarse en casa”, ya que económicamente depende de sus ventas para subsistir; además, aseveró que la reducción de movilidad de la gente disminuyó sus entradas.

Añadió que la crisis sanitaria también impactó los precios, pues los insumos han incrementado sus costos, además de que se le ha hecho complicado el traslado a Tulancingo para abastecerse.

Por su parte, Enrique Ríos Tolentino, mercante de novedades y accesorios, giro considerado no esencial, expresó: “No podemos quedarnos en casa y esperar a que esto termine porque nuestras familias dependen de los ingresos que vamos ganando al día y si no buscamos la forma de salir adelante, simplemente no comemos”.

Ambos comerciantes coincidieron en que pese a la pandemia no les es posible interrumpir sus actividades y que “únicamente está a su alcance acatar las medidas de higiene y cuidado” para evitar el contagio de coronavirus.

Ya sea comercio informal o establecido, la afectación se acentuó por la suspensión de clases presenciales, pues aseguran que “por las escuelas hay un importante flujo económico y social del que dependen numerosas familias”.

Vanessa E. Romero

Tenango de Doria