El promotor cultural de Jaltocán, Sergio Felipe Amador Rivera, informó que los carnavales en la Huasteca, también denominados Nahuatilis, datan de la época prehispánica y han evolucionado al tener la fusión de civilizaciones; detalló que el día que comienzan las festividades las mujeres amarran con un lazo a los hombres y al segundo, viceversa.
Indicó que la tradición es que, durante la primera jornada de fiesta, las mujeres capturen con reatas a los hombres, los engalanen con ropa femenina y los ingresen a la cárcel hasta el mediodía.
Agregó que, en esta ocasión, el alcalde Guillermo Amador Lara fue ataviado con un vistoso vestido de novia, con el que bailó hasta el cansancio.
Manifestó que uno de los personajes que caracterizan a la festividad es el meco: sujeto que se personifica de guerrero con arcilla y ceniza en su cuerpo, se pinta de colores con minerales y carbón y hace un ritual prehispánico; de ahí, dijo, la tradición es que los pobladores se maquillen con tintes procesados por ellos mismos.
Explicó que, para llamar la atención de los ciudadanos, los mecos retumban tambores y hacen sonidos semejantes a las trompetas; estos provienen de diversas direcciones, principalmente de los barrios Chalahuizintla y Tlalnepantla.
El excomisariado de Jaltocán agregó que dichas figuras, representadas por hombres, mujeres y niños, se preparan con pinturas hechas por ellos mismos para camuflarse y protegerse de los entes malignos para combatirlos: “La lucha entre el bien y el mal”.
Durante el desfile, mencionó, algunos marchan por calles de Chalahuizintla, Tlalnepantla y El Mirador, tocan tambos o recipientes de lata para asustar a los espíritus malos y resuenan caracoles de gran tamaño para invitar a todos a participar en la fiesta.
Salomón Hernández
Jaltocán