Productores de San Francisco Bojay, al norte de Tula, y Doxey, en Tlaxcoapan, que se dedican al cultivo de flores de temporada para el Día de Muertos, afirmaron que ante el cierre de panteones y escuelas sus ventas cayeron 75 por ciento.
Señalaron que estos factores son consecuencia de la pandemia de SARS-CoV-2 y que debido a ello se vieron obligados a tirar o regalar la flor, tras ver que algunos tianguis y mercados donde llevaban su producto cerraron sus puertas.
Benita Hernández, productora de Doxey, indicó que en un año “normal” vendían tres hectáreas de flor de cempasúchil, crisalia, mano de león, nube y girasol, pero en este se les quedó cerca de 45 por ciento, con todo y que no sembraron lo habitual.
Las campesina ofertó ramos gruesos de cempasúchil en 50 pesos; la gladiola, en 80 pesos la docena, y el girasol, en 15 pesos la vara; sin embargo, lamentó que este año la flor se ha desplazado lentamente, al grado de que seguramente se “echará a perder”.
Sostuvo que el peor golpe fue cuando les notificaron que los panteones de la región y el estado permanecerían cerrados a partir del 30 de octubre y hasta el 3 de noviembre, incluidos los principales días de venta, que son el 1 y 2 de noviembre: “Nos dijeron que las autoridades quieren evitar aglomeraciones y contagios de Covid-19”.
Asimismo, reprochó que no se les hayan informado de un seguro que cubra parte de lo que perdieron.
Miguel Ángel Martínez
Tula