La presidenta municipal de Ixmiquilpan, Araceli Beltrán Contreras, rindió su segundo informe de gobierno, en el que destacó la paz social como primer rubro dentro de su gestión, aunque advirtió que su administración no será “rehén de peticiones” por parte de organizaciones sociales.

Ante los presentes, la edila indicó que la transparencia y rendición de cuentas son el eje de su gestión, por lo que dijo estar dispuesta a la fiscalización de su gobierno, recordó  que ha enfrentado tres auditorías por parte de la federación y dos de la Contraloría hidalguense, durante la pasada administración estatal.

Dijo que su gobierno no será cómplice de alguna anomalía y malversación de recursos; esto, en torno a lo que calificó como una “casa en desorden” heredada por los pasados ayuntamientos, temas que tomaron tiempo resolver para permitir que el gobierno “fluyera”.

Otro de los problemas que enfrentó en el último año fue la inundación por el desbordamiento del río Tula, que causó daños a la población y también, a la infraestructura urbana, que implicaron —dijo— la búsqueda de recursos para la etapa de reconstrucción.

En su mensaje, advirtió a las organizaciones sociales que la presidencia municipal de Ixmiquilpan “no es ni será rehén de peticiones” y señaló que el presupuesto anual se va a distribuir a las 128 comunidades, atendiendo las necesidades prioritarias.

Uno de los retos para el siguiente año, destacó, es mejorar la recaudación fiscal del municipio, debido a que Ixmiquilpan se ubica en los últimos lugares en este tema, por lo que llamó a los ciudadanos a cumplir con esta parte que les corresponde.

Antonio Reyes I Ixmiquilpan