Habitantes de Peña Blanca, localidad de Tenango de Doria, alertaron que esa es una de las zonas que más ha sufrido los estragos de la deforestación y la tala clandestina.
De acuerdo con un vecino del lugar, quien prefirió mantenerse en anonimato por temor a represalias de los talamontes, durante los últimos dos años se ha hecho más visible el daño ecológico, pues incluso el cauce del río que atraviesa la comunidad “ha comenzado a secarse”.
Agregó que en el municipio ya se notan los cambios climáticos, pues la falta de precipitaciones pluviales afecta a los agricultores, cuyas cosechas de maíz y cacahuate se han visto mermado por la carencia de riego.
“Ya no podemos sembrar con la seguridad de que la cosecha sea una buena inversión o por lo menos prospere si quiera para el sustento del hogar”, indicó el campesino a Criterio.
El habitante también consideró que la ausencia bosques o la diminución en su espesura ha derivado en que la fauna local se quede sin hogar. Sostuvo que antes era común ver temazates —un tipo de venado oriundo de la zona—, tejones, armadillos y tlacuaches, entre otras especies, pero ahora, ante la falta de un lugar para hacer su guarida, temen que no se puedan reproducir.
Asimismo, señaló que el trayecto de la cabecera municipal hacia Peña Blanca constituye uno de los tramos carreteros cuyo paisaje recientemente se ha visto modificado debido a la tala clandestina, la cual incluso ha alcanzado al sitio sagrado conocido como El Cirio, referente para la cultura local.
SE EXTIENDE LA TALA
Habitantes de la región han señalado que la deforestación también ha llegado a las localidades aledañas, como San Nicolás, San Pablo el Grande y El Despi
Vanessa E. Romero | Tenango de Doria