El activista Onésimo Pérez Lara llamó a proteger el bosque de Tlanchinol contra la tala clandestina que realizan pobladores.

Indicó que se trata de los pocos “pulmones” que quedan en Hidalgo, tiene una biodiversidad y captación de agua.

Acusó que en las carreteras de la Sierra y la Huasteca se puede ver camionetas que transportan madera de árboles recién cortados, y que es visible que algunos ni siquiera tienen un buen grosor, por lo que cuestionó si cuentan con permisos de las autoridades ambientales federales.

Destacó que si se quiere mantener el ecosistema se deben establecer estrategias de conservación, como darle mayor difusión a la educación ambiental en las poblaciones de la zona.

A consecuencia de la marginación y los problemas económicos, explicó, los habitantes se ven en la necesidad de talar las zonas para convertirlas en áreas de cultivo o vender la madera a los carpinteros.

Señaló que las autoridades deben convencer a los pobladores a que protejan las regiones boscosa de la Sierra y Huasteca.

Planteó que el tema económico se debe resolver: para que las personas dejen de talar se tiene que tener resuelto el acceso a la canasta básica y la alimentación de los habitantes.

Comentó que, de acuerdo con la estadística, el bosque mesófilo de montaña se encuentra en Molango, Tianguistengo, Tlanchinol, Xochicoatlán y Zacualtipán.

El activista aseveró que la tala ilegal ocurre sin que las autoridades acudan a las comunidades y aserraderos para verificar que cuentan con permisos.

Salomón Hernández I Tlanchinol