A casi siete años del primer feminicidio registrado en Hidalgo, en la comunidad Tlalchiyahualica, en Yahualica, la información sobre la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la atención gubernamental es escasa o, en ocasiones, nula.

El hecho, documentado en la averiguación previa V/CAVI/HUE/122/2013, ocurrió el 23 de abril de 2013 alrededor de las 20:15 horas, cuando Modesto Dolores San Juan macheteó en 30 ocasiones a su esposa hasta ultimarla, de acuerdo con el dictamen pericial. El hecho afectó a sus dos hijas, en ese entonces, menores de edad.

De acuerdo con María, de 35 años de edad, quien vende fruta a la orilla de la carretera que sirve como acceso principal a la localidad, el crimen conmocionó a los habitantes de Tlalchiyahualica: “Aquí nos conocemos casi todos y estuvimos tristes”.

Rosario, de 39 años, quien se dedica a vender elotes, se dijo interesada en el tema de la agresión hacia las mujeres; sin embargo, señaló que desconocen las acciones que hay que realizar en caso de ser víctimas de violencia, pues no saben cómo identificarla, además de que ignoran si existe una dependencia municipal de la mujer y quién la dirige.

Lamentó que los gobiernos de Huejutla no las toman en cuenta, sobre todo el actual, que “pasó sin pena ni gloria”.

En Tlalchiyahualica, las mujeres venden, acarrean agua, dan clases; desde María, de 85 años, quien recolecta yerba cerca del basurero, hasta Trini, de ocho, quien vende pemuches (flor comestible).

No lo hacen por no tener familia, sino porque alrededor de 30 por ciento de los hombres son trasladados a los campos de los estados del norte del país por contratos que van de 60 a 90 días.

Tlalchiyahualica y Santa Teresa son las comunidades con mayor población en la demarcación; en la primera, a pesar tener la mayor cantidad de habitantes, los talleres para prevenir la violencia no se llevan a cabo.

Salomón Hernández
Yahualica