Integrantes del Movimiento Social por la Tierra (MST) solicitaron mejoras y la reubicación de viviendas, de ser necesaria, ante la contaminación e inundaciones que prevalecen en la zona que habitan, cercana a la presa Endhó, en Tula.

La mañana de ayer, los inconformes se manifestaron en la sede de la Secretaría de Obras Públicas y Ordenamiento Territorial (Sopot), donde explicaron que alrededor de 450 casas se ven afectadas.

Describieron que algunas se encuentran a 500 metros del cuerpo de contención de agua, por lo que en época de lluvias el riesgo de anegaciones y deslaves es “constante”.

Gabriela Ruiz Reyes mencionó que la última vez que la zona se inundó —sin especificar la fecha— “el gobierno estuvo presente porque hubo demasiadas desgracias”.

Por su parte, Refugio Hernández, habitante de Tepetitlán, dijo a Criterio que la región contaminada la integran alrededor de 30 comunidades.

Al respecto, el área de Comunicación Social de la Sopot indicó que a esta secretaría, en el programa Ampliación de vivienda —que contempla la edificación de un cuarto para evitar el hacinamiento— le corresponde la construcción de dicho espacio.

Sobre la mejora de condiciones, señaló que, en este esquema, el trámite y aprobación de peticiones está a cargo de dos dependencias: la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) y la Comisión Estatal de Vivienda (Cevih).

En cuanto a la reubicación de las casas asentadas en zonas de riesgo o de contaminación, los afectados deben solicitar a autoridades de Protección Civil municipal o estatal el dictamen que lo avale. Luego, la Cevih deberá aprobar la petición y recolocación los hogares, detalló la oficina de la Sopot.

IRREGULARIDADES ACABAN CON ESQUEMA

El área de prensa de la Sopot indicó que, anteriormente, se entregaba un paquete de construcción; sin embargo, por diversas irregularidades, el programa no está vigente.

Agregaron que solo la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath) puede hacer la declaración de zona de riesgo por contaminación o contingencia ambiental.

Martha Sáenz | Pachuca