Sara Elizondo I Pachuca
Luis Felipe Orta Mejía recibió un riñón el año pasado. El estudiante de educación superior narró a Criterio su experiencia para crear consciencia sobre la donación de órganos.
En enero de 2016 fue diagnosticado con insuficiencia renal, aunque durante diez meses no presentó ningún síntoma, sino hasta diciembre de ese año.
En su cuerpo aparecieron hematomas, tuvo pies hinchados constantemente, así como vómito y otros malestares. El 27 de diciembre de 2016 lo canalizaron al nefrólogo.
El tratamiento consistió de hemodiálisis cada tercer día, que le provocó daño físico y emocional, además de tos incontrolable y fuertes dolores. Debido a la presión arterial alta, la retina se le desprendió.
El diagnóstico indicó que necesitaba un trasplante, cuya donante fue su hermana; sin embargo, debieron determinar si ella era candidata, tras lo cual, el 23 de mayo de 2017 se llevó a cabo la implantación.
En esta donación de riñón, como en otros 60 casos similares, ha participado la asociación civil ALE, que respalda a los pacientes en el proceso, incluido el pago de la operación.
“La indiferencia es una tentación grande, es fácil voltear la cara, lo difícil es ver de frente y ayudar”, dice Carlos Castro, presidente del organismo.
En la entidad, cien personas esperan un órgano como riñón o córnea, de acuerdo con cifras del Hospital General de Pachuca.
CIFRAS
165 trasplantes de riñón realizados en el Hospital General de Pachuca registra el Centro Estatal de Trasplantes.