Ante los vicios ocultos que se le han encontrado, el viaducto elevado de la Línea 12 será difícil de volver a utilizar, consideró Jesús Valdez, director de Miyamoto International México.

El miércoles, la empresa noruega DNV confirmó que el desplome de una trabe en la estación Olivos —que dejó 26 muertos— se debió a deficiencias en el proceso constructivo, como falta de pernos y soldaduras inadecuadas.

“No veo manera de que pueda volverse a usar, aún cuando consiguiéramos una tecnología que nos permitiera hacer radiografías del tramo elevado y pudiéramos ver si los pernos están donde lo marca el diseño no habría forma de saber si se hizo la soldadura adecuada”, explicó el ingeniero constructor.

Los hallazgos de la empresa DNV señalan una serie de negligencias que apuntan más allá de los soldadores. Además, no hay garantías de que haya sido el único tramo con deficiencias.

Y pone como ejemplo dos aspectos relacionados con los pernos. Primero, que se hayan soldado a las vigas de acero en campo y no en taller, lo que le resta control.

“(Además) en vez de usar el perno como electrodo lo que hicieron fue ponerle soldadura normal, la que todos conocemos, eso genera porosidad y el perno queda fijado no con la suficiente fuerza. Son problemas de construcción y de supervisión”, agregó el especialista.

Ayer, el Colegio de Ingenieros Civiles de México entregó las primeras conclusiones sobre las inspecciones a la llamada Línea Dorada. En el tramo subterráneo solo encontró filtraciones menores, pero nada que ponga en riesgo su estructura.

En cambio, en los 11.1 kilómetros elevados, detectó 68 por ciento de anomalías grado C (bajo riesgo) y 32 por ciento de grado B (riesgo medio), como fisuras en columnas o separaciones entre los materiales.

“Se detectaron evidencias de deficiencias y otras vulnerabilidades que requieren mayor estudio. Esto implica pasar a un nivel dos y en algunos casos un nivel tres, de un proceso de evaluación más preciso y detallado con especialistas en la materia”, aseguró Bernardo Gómez González, coordinador del Comité Técnico del órgano colegiado.

A los expertos les llamó la atención también la decisión de colocar la soldadura al centro de las vigas de acero, cuando se trata de la zona de mayor esfuerzo por los trayectos.

El viaducto elevado de la L-12 tiene, sobre todo, un sistema de construcción con estructuras compuestas por concreto-acero y solo una pequeña parte con ballenas de concreto reforzado. En el primer tipo de obra es donde se encontraron todas las anomalías tipo B, es decir, de riesgo medio.

Amallely Morales | Agencia Reforma