La Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo (SSPH) informó que realiza “acciones” para trasladar a los internos con estatus de sentenciados que habitan las tres cárceles distritales que operan en Hidalgo —cuyo cierre fue ordenado por las recomendaciones 28/2016 y 43/2018 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH)—; mientras, el cambio de los 96 reos con proceso en curso compete al Tribunal Superior de Justicia (TSJH).

Criterio documentó que, hasta ayer, 20 personas se encontraban recluidas en la prisión de Atotonilco el Grande y 28, en la de Zacualtipán; en tanto, según publicó el 20 de julio de este año, había 48 en Tizayuca.

De acuerdo con el diagnóstico penitenciario del segundo semestre de 2018 de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH), 10 reclusos de la primera tienen estatus de sentenciado, 4 de la segunda y 41 de la tercera.

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El 15 de julio pasado, la CNDH dio a conocer, en un informe de cumplimiento de recomendaciones generales, que no se han cerrado las tres cárceles distritales, sitios que –dictaminó– no son aptos para la reinserción social, por lo que continuarán con el monitoreo para que sus reos sean trasladados a Ceresos.

Tizayuca es el único municipio en el que han transferido internos, pues, de acuerdo con el diagnóstico penitenciario, había 126 reclusos hasta el segundo semestre de 2018; no obstante, quedaban 48 el 20 de julio, de acuerdo con el director de la penitenciaría local, Moisés Cruz Fuentes.

El 30 de octubre de 2018, la CNDH emitió la recomendación 43/2018 al TSJH y al Consejo de la Judicatura local sobre la reclusión irregular en las cárceles distritales de Atotonilco, Tizayuca y Zacualtipán, pues están ideadas para arrestos por faltas administrativas de máximo 36 horas.

Con la admonición 28/2016, del 13 de septiembre de 2016, el organismo autónomo ordenó cerrar todas las prisiones de esta clase en el país.

IRREGULARIDADES

Los principales problemas que la CNDH detectó en las prisiones distritales son la falta de espacios para dormir y para recibir visitas; condiciones de higiene y mantenimiento deficientes: falta de servicios médicos, fármacos y material para la atención médica; incapacidad de proporcionar alimentos a las personas en reclusión, así como carencia de reglamentos internos y protocolos para atender incidencias de violencia

Marisol Flores I Pachuca

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