Tras 11 años de obras de construcción y una inversión de 33 mil 800 millones de pesos, este día, el presidente Andrés Manuel López Obrador inaugurará el Túnel Emisor Oriente (TEO) de la zona metropolitana del Valle de México.
Dicho complejo, que representa la obra de drenaje más grande del mundo en su tipo, fue proyectada para evitar inundaciones en el Valle de México. Se prevé que beneficie a los 22 millones de habitantes que sufren anegaciones en época de lluvia, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
La obra cuenta con 62 kilómetros de longitud, 25 pozos de 55 y 150 metros de profundidad y un diámetro de 7.5 metros; conduce el torrente hasta una planta de aguas residuales en el municipio Atotonilco de Tula, Hidalgo.
El túnel tendrá capacidad para desfogar 150 metros cúbicos de agua residual por segundo; dicho de otro modo, se podrían llenar 15 pipas de 10 metros cúbicos en igual lapso.
El complejo sustituirá al Túnel Emisor Central, ya que perdió capacidad de conducción en casi 41 por ciento, pero podrá alternarse con la obra que se inaugurará hoy.
Otras prioridades del proyecto son disminuir la sobreexplotación de los mantos acuíferos y tratar el total de las aguas residuales del Valle de México para promover su reutilización en la agricultura, lo que será posible si funciona de la mano de plantas de tratamiento de agua.
El Túnel Emisor Oriente es una obra de ingeniería completamente mexicana.
La capacidad del sistema de drenaje de la zona metropolitana es insuficiente y presenta serios problemas. “Basta comparar la capacidad que tenía en 1975 con la que tiene en la actualidad, que es 30 por ciento menor con casi el doble de población”, destacó la Conagua.
Dicha disminución se debe, principalmente, al constante hundimiento de la Ciudad de México, originado por la sobreexplotación de los mantos acuíferos del Valle de México.
Yuvenil Torres
Pachuca
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