Ser sobreviviente de violencia sexual durante su infancia llevó a Ingrid Guerrero a ser activista. Aunado a ello, la empatía de su abuelo la encaminó a voltear a ver a los demás y luchar por las causas que considera justas. Y es a través de la docencia que comparte su pensamiento y conocimiento con las juventudes.

Ingrid Verónica Baños Guerrero, de 39 años de edad, es una mujer que se dedica a la psicoterapia, la docencia, el activismo y a su familia, conformada por su esposo y un hijo. Es licenciada en Ciencias de la Educación con maestría en Psicoterapia Humanista y Sexualidad, y en Equidad de Género.

Desde el preescolar no ha dejado de estudiar y se ha profesionalizado en temas de embarazo y maternidad infantil, detección e intervención del abuso sexual en infantes, entre otros temas relacionados.

Lleva alrededor de 15 años compartiendo su conocimiento en las aulas y es presidenta de la asociación civil Yo Te Creo, que atiende la violencia de género y sexuales, específicamente en niñas, niños y mujeres. También fue presidenta del DIF municipal de Pachuca durante la administración del Concejo interino, al cual le modificó el nombre por Sistema Integral para el Desarrollo de las Familias, para ser más inclusivo.

UNA SOBREVIVIENTE

De pequeña, su familia estaba conformada por dos hermanas y un hermano, mientras que su madre fue el sostén y sustento, pues su padre decidió no ejercer su paternidad ni ocuparse económicamente de ellos, aunque hoy es fiscal en otro estado de la República.

No obstante, su abuelo fue una de las personas más significativas de su vida, pues de él aprendió a voltear a ver a los demás, ayudar y señalar las injusticias, recordó.

Durante su niñez fue víctima de violencia sexual y lo mantuvo en silencio durante aproximadamente 25 años; fue hasta que se encontró rodeada de mujeres feministas cuando decidió hablar de ello y ahora es una sobreviviente.

En 2014 ocurrió otro caso de violencia  en su familia y fue en ese momento cuando decidió crear un espacio para darles voz y credibilidad a las niñas y niños, sin que sus denuncias sean puestas en duda.

“Ese fue el momento exacto en que decidí que tenía que surgir un movimiento social específico y un espacio para niñas y niños, donde pudieran decir alto y basta a la violencia sexual en la niñez”, mencionó en entrevista con Criterio Hidalgo.

Como sobreviviente reconoce que existe un estigma hacia ellos, en el que se piensa que están marcados de por vida y que es un acontecimiento insuperable, pero sabe que es algo con lo que se aprende a vivir y asegura que ser víctimas no es lo único que le pueden ofrecer al mundo. “Porque somos víctimas una sola vez y lo que hacemos para sobrevivir y salir adelante nos convierte justamente en eso, en sobrevivientes”, explicó.

“Vale la pena decirles a todas las mujeres que han vivido alguna vulneración por su género y alguna violencia sexual, que no siempre se van a sentir así, que esto no es lo único que van a recordar en su vida, que no es algo que las va a destrozar y a dejar marcadas para toda la vida. Hay opciones y hay alternativas para reconstruirse, acomodar las vivencias y seguir adelante”, subrayó.

Giovanny Flores

Pachuca