A pesar de las quejas y peticiones para la construcción de un cobertizo o un espacio donde cubrirse de las inclemencias del clima, usuarios y familiares de pacientes en el Hospital General de Tula siguen padeciendo por la carencia de ese lugar.
“Cuando algún familiar se enferma, quienes venimos a cuidarlos o a estar al pendiente por si algo hace falta nos tenemos que quedar afuera del hospital, donde no hay un espacio, digamos, medianamente digno para esperar horas o días y saber de nuestros pacientes enfermos. Si llueve corremos hacia los locales, si hace sol nos aguantamos”, dijo Mary, cuya hija se encuentra internada en el nosocomio.
Consultados por Criterio, los quejosos dijeron que, además de la situación difícil que representa contar con un familiar enfermo y los gastos económicos, deben aguantar a pie las inclemencias del calor, el frio o la lluvia.
“Suceda lo que suceda, aquí estamos, esperando que nos informen de nuestros parientes, al rayo de sol y con la inclemencia que sea; no nos queda de otra”, lamentó otro entrevistado.
Hace cinco años las autoridades del Hospital General de Tula decidieron impedir el acceso a más de un familiar en el área de urgencias, alegando que se trataba de una cuestión de salud y de seguridad.
“Lo que se busque es que no se propaguen enfermedades en las personas que visitan este nosocomio, para tener un control más preciso sobre los usuarios que ingresan”, dijo en su momento Rafael Meneses Monroy, director del nosocomio.
Agregó que la reja fue cerrada por recomendación de la Policía Industrial Bancaria debido a que entraba mucha gente y realizaba campamentos dentro de la institución de salud.
“Se han tenido casos de niños que se han caído dentro del hospital y finalmente dirán que es mi responsabilidad, en mi calidad de director; además, se registraron hurtos de equipo y no vamos a esperar a que se roben a algún menor de edad”, señaló entonces.
Sin embargo, los inconformes exigen al gobierno o a particulares con recursos suficientes construir un cobertizo para protegerlos de las inclemencias del tiempo afuera del inmueble.