El chamán Gustavo Allende lleva 10 años como médico tradicional en la Huasteca. Aprendió los conocimientos de la herbolaria por herencia de su padre, quien fue adiestrado por su propio progenitor, y cree en las energías positivas y negativas, así como en el poder curativo de las plantas, frutas y demás herramientas que da la naturaleza para aliviar los males de las personas.
“Empecé de muy joven. No me llamaba tanto la atención, aunque mi padre ya lo hacía, pero cuando tenía 16 años tuve un sueño que me ayudó a saber que debería dedicarme a ayudar a curar a la gente y eso es bueno para mí. Es como un don”, señaló.
El mal de ojo, los empachos y “el aire” son algunos de los problemas que, dijo, no cura cualquier persona.
Para el empacho se coloca manteca y sal en el estómago del paciente, aunque también se puede utilizar albaca o tabaco, con los cuales se dan masajes para cuando están “malos de la panza”.
“Debido a sus propiedades, existen hierbas que propician la relajación del cuerpo y la mente; sin embargo, no solo ayudan a despejarte, sino que expulsan las malas energías. Ya sea hervidas, por medio de aceites o infusiones, las plantas son buenas para el cuerpo y la mente”, explicó.
La limpia se hace con rosas rojas, salvia, romero, epazote, albahaca, altamisa y ruda, aunque algunos también utilizan un huevo de gallina.
En la zona norte del estado, parte de la población prefiere tratar sus males con medicina tradicional, por ello visitan a curanderos, hueseros y algunas mujeres prefieren la atención de una partera.
Sonia Guillén Hernández, encargada del Programa de Interculturalidad, afirmó que actualmente tienen registrados 170 médicos tradicionales en la Huasteca, cifras que, añadió, se siguen actualizando.
El censo actual de médicos tradicionales en la Huasteca es de 170; sin embargo, hay más personas que se dedican a esta actividad, afirmó Guillén Hernández.
En la zona norte del estado, parte de la población prefiere tratar sus males con medicina tradicional, por ello visitan a curanderos, hueseros y algunas mujeres prefieren la atención de una partera.
Salomón Hernández I Huejutla de Reyes