Varias rocas en las cimas de cerros y tubos de lava volcánica ponen en peligro a la población del municipio
El alto costo de las obras de mitigación de riesgos sugeridas por instancias calificadas y expertos en la materia ha impedido a las dos últimas administraciones de Tulancingo ejecutar los trabajos recomendados en las rocas que se encuentran en las cimas de los cerros de La Cañada y Huapalcalco o los tubos de lava volcánica hallados en las colonias Huajomulco y Rojo Gómez.
El titular de Bomberos y Protección Civil, Jesús García Ávila, aseguró que mantienen el monitoreo periódico, mismo que también incluye recorridos, en los que participa personal de las direcciones de Obras Públicas, de Licencias y Permisos, entre otras dependencias, para evitar más construcciones en zonas de riesgo de Tulancingo.
Puntualizó que es difícil predecir el desprendimiento de las rocas, como ocurrió en mayo de 2017; no obstante, los habitantes de Tulancingo saben que deben reportar en caso de detectar ruidos extraños, grietas en muros o deslizamiento de tierra.
En una opinión técnica emitida en mayo de 2019, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) advirtió del peligro de colapso que implica la presencia de un tubo lávico en Tulancingo, en la colonia Ampliación Rojo Gómez; incluso, refirió que es mayor en relación con el que representa el túnel ubicado en Huajomulco.
El documento denominado Opinión técnica por desprendimiento de rocas en las colonias La Cañada, Hidalgo Unido y Huapalcalco, así como por posibles hundimientos del terreno en las colonias Huajomulco y Ampliación Rojo Gómez, municipio de Tulancingo detalla
que el tubo lávico, localizado entre las colonias Ahuehuetitla y Ampliación Rojo Gómez, sobre la calle Fresnos, casi esquina con la avenida Constituyentes, mide 44 metros de largo y su techo se encuentra a escasos dos metros de profundidad.
Agregó que este túnel cuenta con un ancho máximo de 11 metros y una altura máxima de 3.5 metros, además de observar numerosas fracturas en las paredes y el techo, así como la presencia de caídos.
Aunque en 2019 representantes del Cenapred no detectaron indicios de agrietamiento en las calles de Tulancingo ni en casas aledañas, advirtieron del riesgo de colapso debido a la vibración generada por el tránsito constante de vehículos, pero pese a que el municipio ha prohibido el paso de automotores, los mismos habitantes retiran las cintas restrictivas.
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