Desde el 18 de enero, día en que ocurrió la tragedia de Tlahuelilpan, hasta ayer, en Hidalgo fueron detectadas al menos 14 tomas clandestinas, la mayoría de ellas por presentar fugas o incendiarse, lo que provocó suspensión de actividades escolares y evacuaciones para proteger a la población.
Tres días después de la explosión en San Primitivo, un chorro de combustible que brotaba a tres metros de altura de una ordeña fue detectado en Teocalco, Tula de Allende.
El 22 del mes pasado, otra fuga fue hallada en la colonia Francisco I. Madero, de Cuautepec de Hinojosa, a 500 metros del plantel regional del Colegio de Bachilleres del Estado de Hidalgo (Cobaeh).
Asimismo, un derrame de combustible se registró al día siguiente en un camino de terracería de Santiago Tlapacoya, en Pachuca; el 24 enero, en Doxey, Tlaxcoapan, la fuga de hidrocarburo provocó la evacuación de habitantes de dos fraccionamientos.
Además, el día 26 del mes anterior hubo tres nuevas fugas: la primera, en Munitepec, Tlahuelilpan; las dos restantes, en Emiliano Zapata e Ignacio Zaragoza, comunidades de Ajacuba.
Dos días después, una toma clandestina se incendió en El Durazno, San Agustín Tlaxiaca, mientras que el 29 enero se presentó un derrame de hidrocarburo en la calle 21 de Marzo, de El Saucillo, en Mineral de la Reforma.
El 30 enero en el Cerro de Las Tres Cruces, Santiago Tulantepec, también ocurrió una fuga de combustible.
Emmanuel Rincón Pachuca
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