Agencia Reforma
Ciudad de México
Desde el inicio, hace 20 años, Teatro de Ciertos Habitantes irrumpió con un carácter multidisciplinario. Era entonces una novedad, rememora Claudio Valdés Kuri, su director.
“El artista de este siglo tiene que hacer más que su propia disciplina”, define.
Desde el principio, se apoyó en la colaboración con otras disciplinas para la creación del discurso. Su manera de producir también era distinta: el tiempo récord de ensayo ha sido de un año con nueve meses con La vida es sueño.
La compañía celebra su vigésimo aniversario con el Carrusel teatral en el Foro de las Artes en el Cenart, del 7 al 25 de febrero, con cinco obras de su repertorio: No soy un fracaso; El automóvil gris; Quijote, vencedor de sí mismo; Todavía… siempre y El gallo.
Más que una retrospectiva, aclara Valdés Kuri, es una curaduría de cinco obras a partir del formato del foro.
“Todas nuestras obras tienen diversas lecturas y la primera es la forma. La forma tiene que ser seductora, de manera que, aún sin entender la profundidad de cada una de ellas, puedas pasártela muy bien”, dice.