El dolor por la muerte de Johana llevó a sus padres a regresar a diario, desde hace seis meses, al sitio donde fue atropellada para buscar justicia.
El 6 de diciembre de 2018, antes de las 7:00 horas, Johana cruzó la Calzada México-Xochimilco, a la altura de Avenida Acueducto, en la Alcaldía Tlalpan.
Aún estaba oscuro cuando un coche la arrolló antes de que pudiera dar el último paso hacia la banqueta, según evidenció la posición de su cuerpo al quedar tendido en la vialidad.
Johana agonizó en el lugar una hora más y murió en el hospital ese mediodía.
Sus padres, Roberto Garrido y Pilar Fuentes iniciaron los trámites para que la Procuraduría General de Justicia indague su muerte y, desde entonces, vuelven cada mañana a solicitar información que ayude a identificar al culpable.
“Al quedar nosotros sin saber, ni la Policía en ese momento, nadie supo nada, optamos por pedir ayuda de la gente con un patrón de ida y venida en la mañana, de trabajo, de la escuela, y pensamos que la gente puede apoyarnos anónimamente y sí lo ha hecho”, cuenta Garrido.
Desde que Johana murió, su rutina consiste en acompañar a su nieto al colegio y volver de las 7:00 a las 9:00 horas al sitio del accidente.
A veces van los dos, mientras uno se mantiene con cartulinas o lonas, otro sigue recorriendo la zona y preguntando si alguna cámara de seguridad captó algo, pero sólo si sus trabajos más tarde se los permiten.
Si no, se turnan para mantener sus cartulinas y lonas con el caso de su hija y sus números telefónicos para recibir información.
Mientras pasan los vehículos, Garrido utiliza cubrebocas o bufanda para que la exposición a los contaminantes no agrave el Epoc que padece y observa con detenimiento las camionetas que considera semejantes a la que presuntamente mató a su hija.
“En la carpeta de investigación hay inconsistencias, como la fotografía que se encuentra ahí, que no es ni el punto donde ella murió, es la otra calle de ahí enfrente.
“En un video que vio mi esposa cuando lo recibió la Procuraduría (General de Justicia), se ve una camioneta Chevrolet Trax que adelante se para, una mujer y un joven que discuten y se van, pero en la copia que nos enseñaron después ya no se ve, como que la cortaron”, cuenta el padre.
REFORMA constató que la visibilidad, tanto para peatones como para conductores, es deficiente en la curva, donde las personas deben “torear” a los coches.
“Del diario están aquí (…) es justicia lo que todos queremos para evitar otro accidente, es el único paso para pasar hacia la Calzada del Huipulco”, dijo la colona María Calderón.
Tras la muerte de Johana, han ocurrido otros accidentes; sin embargo, hasta ayer la Alcaldía comenzó a balizar el paso peatonal, pero sin colocar reductores de velocidad.
Guadalupe Selene Velasco Garcia
Agencia Reforma
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