Cuando inicie operaciones el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, controladores y pilotos aéreos lo harán en un escenario de mucho estrés, aseguran expertos.

Las nuevas rutas de despegue y aproximación se cruzan en ciertos puntos y, con mal tiempo que obligue a realizar desviaciones, se deberá reorganizar el tráfico para mantener una distancia segura entre aviones, dijo un controlador aéreo con 30 años de experiencia.

El rediseño también implica un viraje más pronunciado en el tramo final de las llegadas, detalló, y los pilotos, sobre todo de líneas internacionales, ya optaron por reducir la velocidad para llevar a cabo la maniobra. Esto ya se ha reflejado en mayores retrasos en las llegadas al AICM.

Luego está la separación entre aeronaves, que por seguridad ante al nuevo rediseño es del doble que el anterior. Por ello, cada aproximación puede ser dos minutos más larga que en el esquema anterior.
Miguel Ángel Valero, piloto por más de 25 años y experto en seguridad aérea, aseguró que
en el corto plazo uno de los temas que generará tensión será el clima.

Aseguró que el AICM carece de un radar meteorológico certificado y eso provoca que los controladores no tengan una lectura confiable.

Para Bernardo Martínez Arias, controlador y especialista vocero de Fly DATA Consulting, con los nuevos procedimientos los controladores tendrán que poner más del 100 por ciento de su capacidad para poder hacer un trabajo donde no comprometan la seguridad de las aeronaves. Para VivaAerobus, el rediseño era necesario por la congestión del AICM.

“Que el cambio cueste es normal”, dijo Juan Carlos Zuazua, director general de VivaAerobus.
Adrián Torrija director de Operaciones de VivaAerobus, descartó que la orografía del Valle de México sea un problema.

Azucena V. y Lílian C.
Agencia Reforma