El gobernador electo Julio Menchaca Salazar platicó con Criterio acerca de los temas prioritarios para su administración, entre los que están la salud y la seguridad, pero también acerca de que junto con él colaborarán quienes compitieron por la candidatura de su partido en el pasado proceso.

Asimismo, el ganador de las elecciones ofreció un mensaje conciliador e incluyente para todos los sectores: económicos, políticos y sociales.

Sara Elizondo (SE): Después de un proceso electoral intenso, ya tenemos gobernador electo. Gracias por recibirnos. Cuéntanos, ¿qué te llevó a buscar la candidatura al gobierno del estado, un espacio tan importante, de tanta responsabilidad?

Julio Menchaca Salazar (JMS): Porque formo parte de un movimiento que lucha por revertir condiciones en el país y en las entidades federativas que han estado marcando los últimos tiempos y no son satisfactorias para la sociedad hidalguense, mexicana. Ese movimiento, integrado por millones de mujeres y hombres, queremos tener nuestro presente y nuestro futuro en nuestras manos y hacer las cosas de manera diferente. No se trata de quitar a alguien para poner a otro, se trata de poner una plataforma que utilice correctamente los recursos públicos, con un gobierno austero y honesto, y que se combata frontalmente la corrupción y se atienda lo más sensible, no que se diseñen cosas atrás de un escritorio o en la idea en que se le ocurra que puede haber un bienestar social o un beneficio, sin consultar a las personas, sin entender que lo que está reclamando una comunidad son servicios básicos, agua, tener una escuela digna, una atención médica correcta, el que se generen oportunidades.

La expectativa en Hidalgo para muchas personas es salir de su comunidad o del estado o del país para encontrar una realización personal o profesional. Tenemos más de 400 mil hidalguenses, mujeres y hombres, en Estados Unidos, que han arriesgado su vida, su integridad, para buscar el sustento de su familia. Atender eso y sintetizarlo en un programa de gobierno ha hecho que trascendiera esa inquietud en una propuesta, en una candidatura y se ganara contundentemente. Atrás de ello hay una carrera profesional y política como representante popular, como funcionario público, como funcionario judicial, como senador de la República, que se generaron las condiciones para participar de una manera democrática. El proceso más claro, transparente, de cualquier partido político.

SE: Fue un proceso que al final no dejó cabida a dudas, por este dos a uno que resultó al final. Sin embargo, votó menos de la mitad de la población. ¿Qué lectura le da acerca del interés de la población en la política, qué tanto creen en los políticos y tienen expectativa del nuevo gobierno?

JMS: Fue una situación que se generalizó en las seis entidades federativas. Nosotros estuvimos en tercer lugar de las seis en participación. Estuvo Tamaulipas, Durango e Hidalgo, con 48 por ciento. Nosotros preveíamos una participación de 60 por ciento y se dieron varias situaciones: una campaña muy ríspida en los últimos días, amenazas telefónicas, como se denunció, en donde se trató de inhibir el voto; pero en contraste, números muy contundentes. Tuvimos más de 658 mil votos, un dato histórico, a pesar de la baja participación; más de 30 puntos de diferencia, como lo marcaban las encuestas, que ustedes sacaron, por cierto.

No fue una adivinanza, debo reconocerlo, fue un estudio metodológico que, además, preveía (el que ustedes sacaron) un 46 por ciento de la participación. En la variante de más menos tres, sí se dio. El hecho histórico de romper con un sistema repudiado por la mayoría, pero que, además, nos significa otro dato: tuvimos 62.07 por ciento de la votación. De todas las candidaturas de Morena, fue la más alta a nivel nacional. Ese es un respaldo.
Desde luego, nos hubiera encantado que no fuera solamente 50 por ciento de la participación. Es un reto que tenemos todos los partidos y todos los actores para involucrar de una mejor manera a la sociedad.

SE: Tomando en cuenta ese dato y que habitualmente las campañas dividen, ¿usted buscaría dar este mensaje conciliador, de encuentro, no solamente entre la sociedad misma, sino entre los propios partidos, los actores políticos?

JMS: Esa ha sido mi ruta siempre. Hay una constancia. Cuando solicité licencia en el Senado de la República, hubo la manifestación de 36 senadoras y senadores, de reconocimiento a mi intensión siempre de conciliar y de construir. Ese señalamiento fue no solamente de los integrantes de mi grupo parlamentario y de nuestros aliados, sino de todos los demás partidos políticos: del PRI, del PAN, del PRD y de Movimiento Ciudadano.

Cuando termina la contienda, hago un llamado a la reconciliación. Hay que aceptar la voluntad popular. Depende de la madurez de los actores, de los candidatos y sus partidos qué actitud tomen. Yo también he perdido una elección y he reconocido cuando me han ganado.

La pretensión no es humillar a quien pierde. Mi llamado es sí a festejar un triunfo, pero la invitación es a construir el estado que nos merecemos. Ya dependerá de cada quien qué actitud tome, si es beligerante porque se quedaron muy lastimados con los resultados o es de un compromiso con la sociedad y desde cada trinchera; en lugar de apostar a que le vaya mal a un gobierno, estar desde su trinchera también construyendo. Depende de la madurez de ellos. Por mi parte, la he manifestado, la he expresado en las responsabilidades que he tenido y la sostengo.

Después de las campañas, donde hay adjetivos, donde hay agresiones, hay que darle vuelta a la página y sentarse con todos, porque el objetivo superior se llama Hidalgo.

SE: Quienes compitieron por la candidatura y se quedaron en el camino, ¿podrían ser tomados en cuenta? Porque así como debe haber un mensaje conciliador hacia afuera, supongo que también hacia adentro. ¿Podrían llegar ciertos nombres a acompañarlo en este gobierno?

JMS: Sí, claro. En primer lugar, nos inscribimos 52 personas y la mayoría de ellos, buenos perfiles. Hay a quien le interesa y hay a quien no le interesa. Hay quien no le interesó y se fue a otro partido. Sin duda, la mayoría se integró a este proceso, nos acompañó y algunos, muy activos, con muy buen perfil. Cuando se tome la decisión, tienen cabida, desde luego.

SE: Respecto a la transición, ¿qué tal van en el proceso? Sobre todo saber quiénes estarán, ¿nos podría adelantar un nombre?

JMS: No me gusta ser parte de la especulación y no solamente es una cuestión de darnos importancia, es cuidar el proyecto y a las personas. Siempre se generan inquietudes y se generan las campañas de desprestigio y descrédito. Aquí es un problema en la política hidalguense. Se los decía en mi tercer informe como senador y ya preguntaban de este momento.

Les digo: faltan tres años, hay que ponernos a trabajar y dar resultados. Es tan intensa la especulación, que cuando tome posesión ya van a estar especulando de quién me va a suceder en seis años y nos entretenemos en ese tipo de cosas. Hay que serenarse, es una responsabilidad mía. Yo la asumo y voy a tomar la decisión de los mejores perfiles para que nos acompañen en el gobierno del estado.

SE: En cuestión de la sociedad y los temas que están en la agenda: educación, salud, seguridad, ahora el tema del agua y muchos otros. ¿Cuáles serían los prioritarios, en los que de inmediato tendrá que tomar medidas al llegar al gobierno?

JMS: No son excluyentes, todos son al mismo tiempo. Uno total es la seguridad y la salud. Se necesita hacer una buena reestructuración de problemas que agobian a la entidad. En la seguridad, el robo a combustibles, que es un atentado al patrimonio nacional, pero está en riesgo la vida de muchas personas; no solamente de quienes comenten el delito, sino de los vecinos de donde perforan. Se puede hacer una tragedia como la de Tlahuelilpan y ese es un riesgo latente.

El caso de la salud, debe darle una sacudida a ese sistema. Son muchos recursos en salud y en educación que se han desviado a otras cosas y no llegan para lo que están destinados. Junto con los equipos técnicos de la transición, que no forzosamente van a corresponder a quienes estén en una dependencia, el estar revisando, auditando cómo ha sido el uso de los recursos para atender ese reclamo de la sociedad, de que han utilizado indebidamente un puesto fulano o mengano. Sobre todo, hacer un ejercicio de recuperación de esos recursos.
A mí me tocó, como presidente de comisión del Senado, impulsar la extinción de dominio, que es no solo perseguir a un mal funcionario sino ver de qué manera el Estado recupera ese recurso mal habido.

SE: El tema de la corrupción fue de lo más mencionado en las campañas por todos los candidatos y la candidata. ¿Habrá una gestión puntual, cómo se va a revisar ahora que están precisamente en este proceso de transición y ya que estén en el gobierno? ¿Cuál será la forma de trabajo? Cuando estén en el gobierno, ¿habrá cambios de forma y de fondo en las instituciones del estado?

JMS: Hay que hacer las cosas distinto. Un sistema anticorrupción no ha funcionado. Díganme cuántos casos conocen en este sistema de sanciones severas, de los escándalos que se han dado a conocer, cuando menos los que han tenido publicidad. No se trata de una Santa Inquisición, que quede claro. Se trata de ver situaciones concretas y de enriquecimientos de funcionarios. En un estado como el nuestro nos conocemos todos, sabemos cuál ha sido nuestra trayectoria, cómo hemos vivido. Hay cambios muy notables en funcionarios y funcionarias públicas, no nos perdemos en el anonimato. De repente hay otro nivel de vida, otra casa habitación, otro tipo de vehículos. Además, hay ostentación de eso, eso lo identificamos muy rápido de algunos años para acá. No se trata del descrédito de esas personas. Se trata, primero, de atender el reclamo de que esas cosas no sucedan y segundo, cuando ya sucedieron, no se queden impunes.

SE: Finalmente, ¿hacia dónde irá Hidalgo durante los próximos seis años? La ciudadanía tiene incertidumbre. Hay un cambio muy evidente para Hidalgo, después de tener esta consecución de gobiernos de un mismo origen.

JMS: Tiene que ir hacia el bienestar, en eso nos vamos a enfocar. La ciudadanía demandó un cambio de rumbo e, insisto, no es quitar a una persona y poner a otra, es hacer las cosas distinto. Nosotros tenemos una plataforma política, lo que se sometió a la ciudadanía es un movimiento en donde los principios básicos, y aunque parezca repetitivo, es de no mentir, no robar y no traicionar. Poder hacer accesibles los programas de gobierno, los beneficios, las becas, los estímulos sin intermediarios, directamente a las personas, pero no solamente como una cuestión temporal, sino elevar el nivel de vida de las personas.

Tengo la posibilidad, por lo que he desarrollado en el transcurso de mi vida profesional, de tener una buena comunicación con todos los sectores económicos: trabajadores, sindicatos, profesionistas, empresarios. Yo soy un convencido de que las políticas públicas deben estar enfocadas para que le vaya bien a quien arriesga su capital, su talento, y se genere riqueza. Eso es empleos, eso es impuestos, eso ayuda a elevar el nivel de vida de las personas. Creo que eso nos permitió generar confianza en los electores, en la sociedad.

Muchas veces se inhiben las inversiones y la actividad económica por la corrupción, por los moches federales, estatales, municipales o se entretienen con medidas burocráticas. A mí me tocó participar en la Ley de Confianza Ciudadana para que modifiquemos. No solamente tiene que cambiar el gobierno, sino también la sociedad. Si estamos acostumbrados a que nos brincamos un requisito porque se entrega a un inspector o alguien que tiene que tomar una decisión, se atenta contra la legalidad, contra el medio ambiente y muchas cuestiones que se resuelven con una dádiva y perdemos todos como sociedad.

No es (decir) que a partir del 5 de septiembre todo cambió, es iniciar un proceso de cambio para mejorar, para poder generar y construir esa confianza y transformarlo en el corto, mediano y largo plazo para tener una mejor sociedad. Es la aspiración de todas y todos, independientemente de la militancia política, de la ideología, de las preferencias o cuestiones espirituales. Todos deseamos estar bien, tener felicidad, es algo filosóficamente aceptado.

SE: Le agradezco mucho por recibir a Criterio. Un mensaje final que quiera compartir.

JMS: Tengan confianza de que vamos a trabajar intensamente y dar resultados. Tengo que hacer un reconocimiento a Criterio que, junto con un medio nacional, Reforma, hicieron un buen trabajo. Hay quien dudó de ese ejercicio metodológico, pero fue muy certero con lo que se dio en las elecciones. Los felicito. Sigan haciendo esos ejercicios que permitan tener un marco referencial de qué es lo que está pensando.

Sara Elizondo I Pachuca

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