El gobierno mexicano ha dejado atrás su labor humanitaria con los centroamericanos que salen de sus países, advirtieron especialistas del proyecto Centra America-North America Migration Dialogue (Canamid).
Pablo Mateos, del Centro de Investigaciones de Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Occidente, dijo que uno de los principales hallazgos del estudio “Tres décadas de migración desde el Triángulo Norte Centroamericano: un panorama histórico y demográfico” es registrar que México jugó un papel fundamental como receptor de refugiados.
El estudio también revela por qué esa labor, realizada en las décadas de 1970 y 1980, ahora no ejerce ese papel preponderante ante la crisis humanitaria en Honduras, Guatemala y
El Salvador.
“(En esos países) se envuelven situaciones de violencia, de narcotráfico y la expulsión por motivos socioeconómicos, pero que están muy vinculados a la violencia”, apuntó el coordinador del proyecto.
Carla Pederzini, una de las autoras del documento, explicó que México había jugado un papel fundamental como receptor de refugiados sobre todo en la guerra civil de El Salvador, pero también ante Nicaragua y Guatemala.
Ello dio origen en 1980 a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), que facilitó el establecimiento de centroamericanos, instalados en varios estados del sureste de México.
“Queremos resaltar este papel que jugó México en los 80 y que ahora no está jugando en la acogida de los centroamericanos”, puntualizó Pederzini.
Conamid agrupa a siete instituciones de cinco países, lideradas por el CIESAS Occidente y por la Universidad de Georgetown, y este lunes lanzó los primeros nueve boletines de política pública que analizan distintos aspectos de la población migrante centroamericana y ofrecen propuestas concretas de políti-
ca pública.
Según Conamid, la población centroamericana residente en México aumentó 55 por ciento entre 2000 y 2010, al pasar de 35 mil a 50 mil personas, de acuerdo con los censos de población y vivienda.
Agustín Escobar, director general del CIESAS, recordó que el número de centroamericanos viviendo en México es bajo no sólo en términos absolutos, sino también en comparación ante el hecho de que 77 por ciento de los extranjeros que viven en México son estadounidenses.
“La población centroamericana sigue siendo pequeña si se contrasta con esa realidad muy grande”, señaló.