Un papá con la foto de su hija al cuello
 
Hace (22) meses
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Foto: Especial

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Desde hace seis años, por las calles de Puebla se ha visto caminar a Carlos Paz con una fotografía de su hija impresa en una lona que lleva colgada al cuello.

 Alejandra Paz Landeros desapareció en Teziutlán el 3 de mayo de 2016.

 “Ella es una niña amada, la extraño”, afrma el padre que recorre las calles suplicando informes de la menor que dejó de ver a los 15 años.

 Ale, como la llama su familia, salió a la escuela y ya no regresó a casa. Ni un mes había pasado de su cumpleaños, lo festejó el 7 de abril.

Carlos la describe como una chica seria, alegre, reservada y con gusto por la música. Pertenecía a la banda de la Secundaria Técnica 24, lugar al que no llegó ese 3 de mayo.

El padre reprocha que las autoridades han hecho caso omiso. La abogada de oficio que le fue asignada tarda en contestarle o simplemente no lo hace.

Solo le queda acudir a los eventos públicos y participar en marchas, con el retrato de su hija siempre al cuello.

Él es ayudante de albañil y cada que logra juntar algo de dinero sale de Teziutlán. Se traslada más de dos horas para llegar al centro de Puebla, donde están las autoridades estatales.

 Su esperanza es que éstas puedan ver su urgencia por encontrar a Alejandra en las calles de la capital, para llamar la atención y que le brinden ayuda.

Cuando organizaciones lo apoyan, viaja con su madre, la señora María del Rosario Mateos, para hacer más eco a sus demandas.

 “En los cumpleaños de mi hija no he podido abrazarla. Ya no puedo abrazarla”, lamenta.

“Se la robaron cuando se dirigía a su escuela, y aún no sé nada de su paradero. He buscado hasta en lugares de trata, veo que ofrecen muchachas en las redes sociales.

“Ya no busco en esos lugares porque ya me afecta a mi salud y debo seguir fuerte si no, ¿quién la busca? Me duele ver que hay gente que ya no siente ni satisfacción con una señora, buscan cada vez más niños, ya es enfermedad y está muy mal, me da asco, pero hasta ahí la he buscado”, añade.

El hombre de 40 años pide que se investigue al padrastro y a la madre de Alejandra, quien no se ha presentado a declarar.

 “Con mucho sacrificio he ahorrado, no he dejado de trabajar, ni por la situación que estoy viviendo, no me he dejado caer. Sigo trabajando ahora sí que guardando de a piquitos (de dinero), antes iba seguido, ahora voy cada mes. Es mi única hija, ¿cómo no la voy a buscar?”, sostiene.

“Llevo seis años y no sé cuánto tenga que pasar para dar con mi niña”.

Iris Mabel Velazquez Oronzor | Agencia Reforma

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