Sobrevive mexicana a estampida en Corea del Sur
 
Hace (17) meses
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Juliana Velandia Santaella pensó que moriría en el callejón donde el sábado fallecieron más de 150 personas durante las celebraciones de Halloween en Seúl, Corea del Sur.

“Estaba totalmente paralizada. No podía mover ni siquiera los dedos de los pies”, dijo la joven de 23 años originaria de Mexicali.

La mujer logró salir del callejón, pero padece rabdomiólisis, que se produce cuando el oxígeno no llega a los músculos y la descomposición del tejido pasa al torrente sanguíneo, lo que puede dañar después riñones y provocar otras posibles secuelas.

 “Caminamos unos metros, doblamos a la izquierda y en el callejón ocurrió todo. Yo estaba en la parte de arriba de la pendiente. Y todos empezamos a caer hacia abajo. Nos empezaron a empujar, a empujar, a empujar y no paraban”.

“En un punto nos empezaron a empujar tanto que la perdí (a mi compañera) de vista. Ya no sabía dónde estaba. Me empezaron a aplastar todo mi tórax y no podía expandir mis pulmones y no podía respirar”, mencionó en una entrevista vía telefónica.

Al menos 59 muertos y 150 heridos en estampida de Halloween en Seúl, Corea del Sur
Sobrevive mexicana a estampida en Corea del Sur | Foto: AFP

Posteriormente explicó que sus pies ya no estaban tocando el piso, y que había cuerpos debajo de ella.

“Había un muchacho que estaba inconsciente y me estaba aplastando y mis piernas estaban resultando tan aplastadas que dejé de sentirlas. Yo juré en un momento dado que iba a perder las piernas, que me las iban a romper… Que nunca más las iba a poder mover”, señaló.

Agregó que por varios minutos lo único que pudo mover fue el cuello y comprobó que no podía respirar por la nariz porque no podía expandir los pulmones.

“Me di cuenta que la única manera de poder seguir respirando era por la boca. Estuve haciendo respiraciones muy cortas y rápidas por la boca”, dijo.

Una vez que levantaron al joven inconsciente que estaba encima de ella, pudo respirar mejor y un muchacho coreano, que no era de los equipos de rescate, empezó a tirar de ella.

“El problema es que mis piernas seguían atoradas entre todos los cuerpos. No podían levantarme. Este muchacho me ayudó a sacar mis piernas de entre los cuerpos. Cuando me liberaron miré el celular y eran las 22.58 de la noche. Quiero suponer que estuve ahí atrapada entre 30 y 40 minutos”, afirma.

La joven mencionó que tardó varios minutos en volver a caminar, ya que sus piernas seguían dormidas por la falta de circulación.

Externó que encontró gracias a que su compañera, que perdió el celular en el tumulto, pudo marcar su número desde el teléfono de otra persona.

Las dos pasaron el resto de la noche en casa de un amigo en Itaewon y fueron al hospital al día siguiente.

Redacción

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