La investigadora Ofelia Woo Morales consideró que para los migrantes regresar a México y adaptarse a una nueva vida en este país, es mucho más difícil que haber dejado su lugar de nacimiento para buscar el sueño americano y establecerse en territorio estadounidense.
La académica del Departamento de Estudios Sociourbanos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara (UdeG) indicó que ésta es una de las conclusiones de su investigación “La situación vulnerable de las familias emigrantes de retorno”.
Comentó que entrevistó y dio seguimiento a familias originarias de Guadalajara que regresaron a esta ciudad luego de haber vivido por más de una década en Estados Unidos, con la intención de saber cómo es el proceso de reinserción social, laboral y escolar.
“Su retorno no se dio por condiciones de deportación, sino porque decidieron regresar motivados por problemas económicos o porque las mamás querían que sus hijos crecieran en un ambiente más sano”. apuntó.
Expresó que en muchas de las entrevistas los ex migrantes expresaron que regresar a su lugar de origen fue una experiencia más complicada que la vivida cuando llegaron a Estados Unidos, donde empezaron de cero en busca de una mejor vida.
“Son migrantes en su propia tierra, en la cual no tienen derechos; muchos regresaron peor de cómo se fueron, comentan que es más difícil ser pobre en México que en Estados Unidos, porque allá hay organizaciones que les ayudan con alimentos, sin importar su situación migratoria”, afirmó.
Precisó que las familias han enfrentado problemas con sus documentos de identidad, en la entrada de sus hijos a escuelas públicas y con el acceso a servicios de seguridad social o a programas asistenciales.
Explicó que los menores fueron llevados a Estados Unidos cuando eran pequeños y regresaron en la etapa adolescente, pocos de ellos viajaron a Guadalajara de visita en ese intervalo, por lo que la ciudad les resultó completamente desconocida.
Algunos de estos hijos nacieron en Estados Unidos y sólo tienen la nacionalidad de ese país; los padres no saben que pueden tener también la nacionalidad mexicana.
Quienes saben no tienen dinero para solventar este trámite que va desde pagar la traducción, peritaje y legalización de los documentos hasta el mismo trámite de naturalización.
Destacó que entrar a la escuela pública también es un problema ya que además del proceso administrativo y los materiales y uniformes que deben pagar, en ocasiones los niños no son aceptados si el ciclo escolar está avanzado o se enfrentan con la barrera del idioma, porque éstos no saben hablar y escribir bien el español.
Detalló que cuando entran a la escuela se encuentran con una estructura que no les ayuda a los niños y jóvenes “a entrar con un proceso de inserción más amigable”.
Indicó que tienen dificultades para entender el español y los profesores carecen de las herramientas para integrarlos, por los que padres optan por inscribirlos en escuelas privadas que ofrecen más ayuda de los docentes.