En la investigación de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la Procuraduría General de la República (PGR) realizó diligencias en el río San Juan sin que exista registro de ellas, advirtió ayer el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) al presentar su último informe sobre el caso.
En medio de las críticas al gobierno federal por obstaculizar su trabajo, los especialistas evidenciaron con video y fotografías que el titular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomás Zerón, peritos de la dependencia y uno de los inculpados, de nombre Agustín García Reyes, Cheje, acudieron el 28 de octubre de 2014 a la zona donde presuntamente se recuperaron dos bolsas con restos, del fondo del río.
“No encontramos ningún informe sobre esos hechos, ninguna diligencia el día 28. Toda la información oficial empieza el día 29. Empieza con un acta que señala que esa bolsa fue encontrada el día 29 por un grupo de buzos de la Marina”, señaló Carlos Beristáin, integrante del GIEI.
En conferencias previas, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) había advertido que ellos no participaron en la recuperación de dichas bolsas, en las que se halló el hueso con el que se logró identifica al normalista Alexander Mora Venancio, por lo que se mostraban escépticos sobre su origen definido por estudios en una universidad austriaca.
El Cheje, presunto integrante de Guerreros Unidos que aparece en el video, es uno de los 17 detenidos que según el informe del GIEI habrían sido torturados. Otro es Gildardo López Astudillo, El cabo Gil”, líder del grupo criminal y quien habría dado la orden de quemar a los normalistas.
Ante los padres de los normalistas y académicos reunidos en la Universidad del Claustro de Sor Juana, los especialistas de la CIDH mantuvieron su postura de que los jóvenes no fueron quemados en el basurero de Cocula.
Además, desacreditaron el cuarto peritaje realizado por un grupo colegiado de especialistas en fuego -y cuya conclusión fue difundida por la PGR sin que les informara-, al señalar que brindaron respuestas sin rigor científico y que cualquier persona podría haber dado.
