Cientos de migrantes, la mayoría venezolanos, se brincaron la caseta de las autoridades mexicanas en el Puente Internacional Paso del Norte, en los límites de Juárez-El Paso, para intentar ingresar a la fuerza a Estados Unidos.
Tras minutos de presión y al verse rebasados por los manifestantes, las autoridades mexicanas no pudieron evitar que los migrantes caminaran hacia la “joroba” del puente.
“¡Queremos pasar!”, “¡Queremos pasar!”, gritaron los migrantes.
Sin embargo, al caminar los extranjeros se toparon con una reja de alambres de púas y con la presencia de elementos de Customs and Border Protection (CBP, por sus siglas en inglés), quienes les impidieron el cruce hacia Estados Unidos.
El Puente Internacional fue cerrado de manera parcial desde hace más de dos horas.
Asimismo, autoridades de Estados Unidos también cerraron el Puente Internacional Córdova-De las Américas debido a las protestas.
Las afectaciones no sólo son para los automovilistas que intentan llegar hacia Estados Unidos, sino también para los que cruzan en la vía peatonal.
Una venezolana comentó que resultó herida de las manos y piernas debido a la malla que pusieron elementos estadounidenses.
“Es que ellos pusieron mallas de alambre, y nos las pusieron, al empujarlas nos cortamos, mis sobrinos estaban adelante, y los rasguñaron con eso”, dijo.
De acuerdo con los primeros reportes, los migrantes se concentraron en el puente por un rumor respecto a que Estados Unidos les abriría la frontera.
“Primero nos dijeron que iba a haber una reunión en el Parque Central, que iban a venir, nos iban a dejar pasar, que eso y que aquello, y toda la mayoría de personas con los que se regó la voz, no sé quién fue, estas personas decidimos venir al puente a ver qué podíamos hacer. Estuvimos ahí, ellos no actuaron con violencia (Guardia Nacional), es su trabajo, esperaron y nos dejaron pasar”.
El intento de cruce provocó también que entre propios migrantes se dieran altercados, pues ya tienen más de dos horas esperando cruzar.
Muchos migrantes tienen meses varados en esta ciudad fronteriza en espera de recibir asilo de Estados Unidos.
Pedro Sanchez Briones | Agencia Reforma
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