Tras el asesinato del periodista Antonio de la Cruz en Tamaulipas, la Fiscalía General de la República (FGR) pidió al Gobierno federal atraer el caso para contribuir en la investigación del homicidio.

Durante la conferencia mañanera, el subsecretario de Seguridad Pública de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Ricardo Mejía, explicó que se estableció comunicación con la fiscalía local y con la FGR, a través de la fiscalía especial de manera inmediata una carpeta de investigación.

 “Se constituyeron en el lugar y solicitaron la atracción de la carpeta. La FGR ya solicitó al Gobierno federal que contribuya a la investigación de este doloroso caso”, expuso.

 Mejía comentó que aunque no existen hasta ahora elementos que prueben que su asesinato haya estado relacionado con sus actividades periodísticas. 

Detalló que Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, está en comunicación con la viuda del reportero.

De la Cruz fue asesinado de cuatro impactos de un arma calibre 40, de uso exclusivo del Ejército, en el interior de su vehículo, que quedó con las luces encendidas, informó el Fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios.

El periodista, que cubría “nota blanca”, es decir, no ligada a temas de seguridad, fue asesinado afuera de su casa por la mañana cuando regresaba para llevar a su hija al trabajo.

Luego de la agresión a balazos en el fraccionamiento Puertas de Tamatán, su hija Cynthia de la Cruz, de 23 años, que lo acompañaba, resultó gravemente herida y anoche estaba hospitalizada.

Desde hace más de 20 años, De la Cruz trabajaba para la empresa que imprime “Expreso” y estaba enfocado a cubrir la fuente rural.

También fue colaborador de prensa de la dirigencia estatal de Movimiento Ciudadano (MC) y uno de los voceros del ex candidato a Gobernador del partido, Arturo Diez Gutiérrez.

Era allegado del diputado local de MC, Gustavo Cárdenas, que tronó contra el Gobierno del Estado, que encabeza el Gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca, al asegurar que De la Cruz no tenía amenazas de muerte y sí denunciaba la corrupción estatal.

“Un hombre de familia”, describió Cárdena, “un profesional de la comunicación, y ésta es una acción en donde los principales sospechosos son los del Gobierno del Estado”.

Claudia Guerrero | Agencia Reforma