Con la plataforma Mejora tu Escuela, un colectivo de organizaciones sociales ha detectado inconsistencias en la información sobre la reconstrucción de planteles educativos en el país.
La base de datos, creada para monitorear la rehabilitación de las escuelas por asociaciones como el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), fue integrada con los propios informes de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (INIFED), los gobiernos estatales y las organizaciones y fideicomisos que aportaron dinero para la reconstrucción.
“Los resultados han sido preocupantes, porque a un año del sismo hay diferencias abismales en los reportes que surgen.
“Las bases de datos del Gobierno no coinciden tan sólo en qué escuelas están dañadas y en su nivel de daño”, alertó Alexandra Zapata, investigadora del Imco.
En entrevista, expuso que el sismo ha evidenciado que el sistema educativo no está preparado para afrontar contingencias como el terremoto de 2017.
“No hay capacidad de procesamiento de datos, no tienen consolidadas fuentes de datos.
“No hay una sola entidad que haya podido generar un mapa confiable de la escuelas dañadas y su avance”, indicó la especialista.
Zapata advirtió que a un año de los sismos, por la opacidad en la información, no se sabe a ciencia cierta cuántos niños y jóvenes siguen sin tener clases.
Como ejemplo de las inconsistencias, dijo que hay escuelas que tienen asignados recursos del Fondo para Desastres Naturales (Fonden) que no están en la lista de planteles dañados de la Secretaría de Educación Pública, o viceversa.
También escuelas que aparecen en la lista de la SEP como dañadas, pero no en la lista del INIFED, que forma parte de la propia dependencia.
“A un año de los sismos de septiembre de 2017, las autoridades encargadas de la reconstrucción de escuelas no han podido garantizar la normalidad escolar.
“Reconocemos los avances en la atención a los daños en las escuelas, sin embargo, persisten preocupaciones importantes. No hay una base de datos confiable que consolide los padrones de escuelas afectadas y fuentes de fondeo para la reconstrucción. No existe información clara sobre los avances de obra y los recursos ejecutados. Finalmente, no sabemos cuántos niños y jóvenes no tienen acceso a educación, cuántos siguen en planteles temporales y cuántos han podido ya regresar a sus instalaciones”, advirtió el Imco.
Señaló que pese a los esfuerzos por mejorar la información, “no hay una sola entidad federativa que pueda proporcionar información confiable sobre el estado de sus escuelas”.
Isabella González
Agencia Reforma