Legado del artista Carlos Mérida se mantiene vigente
 
Hace (87) meses
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El legado del pintor y escultor mexicano Carlos Mérida, quien murió el 21 de diciembre de 1984, se mantiene vigente, muestra de ello es la exposición homónima con la que el Museo Nacional de Antropología le rindió homenaje este año.
El montaje gráfico, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), incluyó 60 litografías y seis esculturas de trajes típicos mexicanos que exaltan la alta fidelidad etnológica de la mirada de Mérida y descubren a un artista diferente al de los planos geométricos.
En la inauguración de la exposición, que estuvo abierta al público hasta noviembre, la nieta del pintor, María Cristina Navas y Mérida, recordó que su abuelo dedicó su vida y obra a México.
“Fue una persona muy tranquila, lo recuerdo siempre trabajando, le gustaba la música, aunque una esclerosis auditiva le hizo perder un oído y dejar sus clases de piano. Todos los días escuchaba sus discos de jazz, pero lo que más recuerdo es una de las frases que le gustaba repetir: ‘hay que dar para recibir’”, expresó
en su momento.
Antonio Saborit, director del Museo Nacional de Antropología y curador de la muestra, apuntó que la obra gráfica de Mérida le llamó poderosamente la atención por el cuidado que puso el artista en registrar las abstracciones incluidas en el diseño de los textiles mexicanos.
Carlos Mérida nació el 2 de diciembre de 1891 en Ciudad
de Guatemala, aunque adqurió la nacionalidad mexicana. Sus orígenes son maya-quiché y formó parte del muralismo mexicano.
De acuerdo con sus biógrafos, su vida creativa se desarrolló entre Guatemala y México. Inició sus estudios de pintura con el profesor Manuel Carrera y entre 1902 y 1905 asistió a la Escuela de
Artes y Oficios.
Su primera exposición se celebró en 1910 y viajó a París, donde trabajó junto a Amadeo Modigliani (1884-1920) y se relacionó con el pintor Pablo Picasso (1881-1973).
En 1914, regresó a Guatemala y pintó temas autóctonos basados en la cultura maya, pero en 1917 se trasladó a México, donde vivió más de treinta años.
Desempeñó el cargo de agregado cultural de la embajada de Guatemala en Italia, en 1951 regresó a México donde siguió trabajando hasta su muerte, señala www.buscabiografias.com.
Desde 1922 se integró al grupo de muralistas mexicanos, donde realizó colaboraciones con Diego Rivera en el mural del Anfiteatro Bolívar (México); un año más tarde creó con éste, Orozco y Siqueiros el Sindicato de Obreros, Técnicos, Pinto-
res y Escultores.
Se inició como muralista independiente en 1923 con el de la Biblioteca Infantil de la Secretaría de Educación Pública (Caperucita Roja y Los cua-
tro elementos).
En 1927 regresó a París, donde trabajó dos años con Paul Klee, Miró y las nuevas corrientes artísticas; como resultado de ello abandonó la figuración política para desarrollar una etapa marcada por la abstracción en la forma y sus raíces indígenas
en los temas.
Mérida siempre expuso con orgullo su ascendencia maya-quiché y española. A la vuelta de su viaje a París, en 1929, fue nombrado director de la Galería del Teatro Nacional en México, y tres años más tarde dirigió la
Escuela de Danza.
En 1940 participó en la Exposición Internacional Surrealista celebrada en México. Un año más tarde fue nombrado profesor de arte en el
North State Teacher College en Denton, Texas.
A partir de 1949 comenzó sus investigaciones sobre integración de las artes, aplicando los resultados en los murales que realizó para la Secretaría de Recursos Hidráulicos (1949), para el centro infantil del multifamiliar Miguel Alemán de Coyoacán (1950), y para el edificio multifamiliar Presidente Juárez, en la ciudad de México (1950-1952); en este último la temática se centró en torno a una serie de leyendas mexicanas acerca del origen del mundo -el Popol Vuh, los ocho dioses del Olimpo mexicano, el Ixtlexilt, los Cuatro Soles-.
Desde 1950 su arte experimentó ciertos cambios y su obra ofreció un estilo más próximo al constructivismo, como se observa en el edificio de Reaseguros Alianza de la ciu-
dad de México, cuyo mural Estilización de motivos mayas (1953) en mosaico de vidrio.
Con esta misma técnica, en la década de 1950 realizó diversos murales para empresas comerciales y privadas mexicanas.
También en 1956 , en el Palacio Municipal de Guatemala, un mosaico de vidrio (La mestiza de Guatemala). Desde entonces Mérida alternó la realización de murales para México y Guatemala, en los que dominaban motivos abstractos
y constructivos.
Con el espíritu innovador que le caracterizaba, en 1964 hizo un muro vitral en la sala Cora Huichol Los adoratorios del Museo Nacional de Antropología, y en 1968, otro en el Centro Cívico de San Antonio (Texas) (La confluencia de las civilizaciones
en América).
En 1965 recibió la medalla de oro de la Dirección General de Cultura y Bellas Artes de Guatemala, y en 1980 El águila azteca de la Secretaría
de Relaciones Exteriores de México, apunta el portal www.litera-
turaguatemalteca.org.
Carlos Mérida falleció en Ciudad de México el 21 de diciembre de 1984, a los 93 años de edad a consecuencia de un derrame cerebral, y su cuerpo fue incinerado tal como él había pedido en diferentes ocasiones.

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