Usar un lavavajillas es mil veces mejor que lavar los platos a mano. Según la EPA (Agencia de Protección Ambiental), el flujo estándar de un grifo de cocina es de 2.2 galones por minuto. ¡Eso es mucha agua! Uno tendría que usar aproximadamente 27 galones lavando una carga completa del lavaplatos a mano. Nada amigable con el medioambiente.

Incluso hay lavaplatos antiguos que usan de 10 a 15 galones por ciclo, lo cual es la mitad de agua que involucra lavar los trastos tradicionalmente Los nuevos lavaplatos cuentan con sensores que detectan la cantidad de suciedad que se desprende de los platos, y utilizan solo la cantidad de agua necesaria hasta que el agua salga limpia. Una persona tendría que lavar una carga completa de platos en menos de 2.5 minutos para competir con eso.

El lavavajillas es un elemento mágico en la cocina. Si le damos platos sucios recibimos a cambio unos brillantes. No obstante, sus beneficios van más allá que la higiene. Al ahorrar agua estamos realizando un trabajo sólido para el medioambiente. Es un método ecológico.

Pero no se trata solo de la conservación del agua. El lavavajillas puede calentar el agua a temperaturas extremadamente altas, de 140 ° F a 155 ° F, lo que desinfecta los platos a medida que se lavan. Estas temperaturas significan que uno puede dejar de perder tiempo al enjuagar los platos en el fregadero. Solo debemos limpiar la basura para eliminar el exceso de residuos y dejar que el lavavajillas se encargue del resto. Únicamente debemos asegurarnos de encenderlo cuando esté lleno, ya que usa la misma cantidad de agua independientemente de su contenido.

Pese a todas sus ventajas, cabe recalcar que existen artículos que deben lavarse a mano sí o sí. Por ejemplo, las sartenes de hierro fundido, el costoso cuchillo del Chef y utensilios de madera. Esto se debe a que los detergentes para lavavajillas son productos fuertes que pueden eliminar los aceites naturales de estos objetos. Lo cual significaría el deterioro de los mismos.

Para aprovechar el lavavajillas de la mejor manera, es recomendable seguir algunas recomendaciones.

Cómo sacar el máximo provecho a su uso

Por ejemplo, muchos acostumbran remojar los platos antes de colocarlos en el lavavajillas. Este es un error porque estos artefactos funcionan mejor cuanto mayor es la suciedad de los platos que hay dentro, especialmente si el electrodoméstico no tiene más de cinco años.

Los lavavajillas modernos cuentan con sensores que determinan cuál es el nivel de suciedad y, en consecuencia, ajustan el ciclo de lavado. De este modo, si los platos están medio limpios, el lavavajillas no utilizará un programa que los lave a fondo.

Además, las partículas del detergente están diseñadas para agarrarse a la grasa y expandirse. Si no hallan suciedad a la que adherirse, resbalan y no hacen efecto.

Finalmente, si creyendo que lograremos un lavado más efectivo, utilizamos un ciclo largo e introducimos los platos aclarados en exceso, lo único que estamos haciendo es gastar demasiado agua y perjudicar además al medio ambiente. No obstante, lo que siempre debemos hacer es retirar los restos de comida antes de nada para que no se atasque.

En los últimos tiempos han aparecido los lavavajillas portátiles. Estos modernos artefactos están conectados a internet, y no necesitan de tuberías, por lo que podemos lavar platos y vasos sin estar conectados a una red de agua. Ello debido a que cuentan con su propio depósito.

Estos dispositivos están diseñados para usarlos en cualquier lugar, desde una habitación de casa diferente a la cocina, una oficina o incluso una autocaravana. El único requisito es estar conectado a la red eléctrica.

También garantizan la “pureza” del agua al no acumular minerales ni sedimentos en el depósito.