El Consejo de Seguridad de la ONU fue llamado ayer a votar una renovación por un año de la ayuda transfronteriza en Siria, aunque con un dispositivo reducido impuesto por Rusia, en contra de la posición de los países de occidente.
La autorización de la ONU para el mecanismo de ayuda humanitaria transfronteriza expiró el viernes, tras una semana de debates infructuosos.
Alemania y Bélgica, encargados del tema humanitario del caso sirio en la ONU, entregaron durante la noche un último proyecto de resolución que prevé un punto de acceso en Siria, frente a los dos que existían hasta el viernes.
El cruce por la frontera turca en el noroeste de Siria, en Bab al Hawa, se mantendría hasta el 10 de julio de 2021, según el texto obtenido por la AFP.
Ese punto permite el acceso a casi 4 millones de personas que viven en la región insurgente de Idlib, que el régimen sirio no controla.
El Consejo pediría también al secretario general de la organización un reporte, al menos, cada 60 días.
Esta solución para el mecanismo transfronterizo responde a la demanda de Rusia, expresada hace varias semanas, de suprimir el punto de acceso de Bab al Salam, que conduce a la región de Alepo.
Para salvar al menos una parte del mecanismo de ayuda, los países occidentales renunciaron a su “línea roja” de mantener dos puntos de acceso.
En un tuit, el jefe de la diplomacia alemana Heiko Maas llamó el sábado a Rusia y a China a no bloquear más
un compromiso.
La autorización transfronteriza de las Naciones Unidas permite la entrega de ayuda a la población siria sin aprobación de Damasco.
AFP | Nueva York