Previo a la celebración del Día del Maestro, dos docentes compartieron con Criterio su experiencia de enseñanza-aprendizaje a partir del inicio del periodo de cuarentena provocado por el Covid-19 y su nostalgia por no estar frente a grupo este día.
Luz Aurelia Cuervo Bautista, docente del Centro de Educación Preescolar Indígena José López Portillo, en Chiatipán, comunidad de Huazalingo, coincidió con Itzel, docente de primer grado de una primaria particular en Pachuca, en que se han tenido que adaptar al “nuevo reto” de la educación a distancia.
Ambas se han valido de WhatsApp para cumplir con los contenidos educativos. La primera afirmó tener el respaldo de los padres de familia; la segunda señaló que la colaboración de los papás se ha dificultado.
Luz Aurelia logró ponerse de acuerdo con los tutores de sus 28 estudiantes, de tercer grado, para que quienes no contaran con un teléfono celular lo consiguieran prestado.
Afirmó que todos los días, a las 17:00 horas, se conecta con los padres de familia y los alumnos. Para acceder al internet, algunos se acercan a la clínica de la localidad para colgarse de la señal de WiFi. De esta manera han dado continuidad al curso.
Con este esquema, la profesora pudo festejar el 30 de abril y el 10 de mayo. Para los pequeños, filmó un video vestida de payaso y cantándoles las mañanitas; para ellas, un sketch de la India María.
“Grabo y les creo materiales que edito con imágenes que descargo de Google para hacer más dinámicas las tareas. No me excedo, dejo tareas sencillas, que puedan hacerlas en casa sin que sea un gasto extra para ellos. Los padres están respondiendo, hay cercanía con mis alumnos. A pesar de la distancia, parece que estamos más unidos que nunca”, señaló.
En tanto, Itzel refirió que, en su caso, las jornadas virtuales han sido más demandantes que las clases presenciales, además de que, como los padres de familia trabajan, se complica su atención hacia las labores de los menores.
“No hemos tenido la respuesta y el compromiso esperado, muchos papás creen y dicen que solo se están llenando contenidos, pero uno está tratando de seguir el proceso educativo de los niños, no dejar temas escolares en el olvido”, sostuvo la docente.
Diariamente, añadió, realiza videollamadas con sus estudiantes. Al inicio de la cuarentena, grababa videos de 45 minutos, pero, al tratarse de menores, reconoció que no prestaban la atención y disminuyó los clips a entre 5 y 10 minutos. “Nos estamos tratando de adaptar a las condiciones”, dijo Itzel.
En tanto, Luz Aurelia consideró que el coronavirus es una oportunidad para reinventarse como docentes:
“Debemos ser más abiertos a nuevas experiencias, a dejar de lado el miedo a los medios. Tiene uno que dejar la pena para poder grabar el material didáctico y hacerlo de esa forma”.
“Siempre he creído que la tarea del maestro no es para esperar momentos, lo único que nos alegra el corazón es ver las caras sonrientes, a alumnos realizados, ver que sembramos algo en ellos”, agregó.
Emmanuel Rincón | Pachuca
