La alimentación es fundamental contra el Covid-19
 
Hace (40) meses
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A nivel mundial, la mal nutrición en todas sus formas (es decir, la desnutrición, la carencia de micronutrientes, el sobrepeso y la obesidad) es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad relacionada con enfermedades no transmisibles, por lo que el sobrepeso y la obesidad se encuentran entre las comorbilidades más comunes en pacientes hospitalizados con SARS-Cov-2 y han estado asociados a mayores riesgos de resultados adversos. De ahí que la alimentación es fundamental contra el Covid-19

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el aumento de la probabilidad de desarrollar un cuadro grave de Covid-19 se corresponde con hallazgos anteriores según los cuales, la obesidad tiende a causar inflamación, deteriora las respuestas inmunitarias a la infección viral, induce diabetes y estrés oxidante y restringe tanto la función cardiovascular como la respiratoria.

En varios estudios se ha destacado la obesidad como un factor de riesgo de desarrollo de un cuadro grave de Covid-19. En primer lugar, la obesidad es una de las enfermedades preexistentes con mayor prevalencia de los pacientes hospitalizados en los Estados Unidos. En segundo lugar, los varones obesos eran más propensos a desarrollar neumonía grave que los pacientes con peso normal. En tercer lugar, en un estudio en el que participaron 124 pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos, la gravedad de la enfermedad aumentó en función del índice de masa corporal, incluso después de ajustar los posibles factores de confusión, como la edad, la diabetes y la hipertensión.

En un estudio de 177 mil personas en México se comprobó que la obesidad era un factor de riesgo tanto de ingreso en unidades de cuidados intensivos como de mortalidad por COVID-19. El sobrepeso también ha estado asociado a resultados adversos derivados de la COVID-19. Es por ello que las autoridades de salud aseguran que una buena alimentación es fundamental contra esta enfermedad.

En un estudio de 112 pacientes en cuidados intensivos se comprobó que el porcentaje de pacientes con sobrepeso era mucho mayor entre los no supervivientes que entre los supervivientes.

Las dietas malsanas, como aquellas que son pobres en frutas y verduras, ricas en sodio y azúcar, pobres en frutos secos y semillas, pobres en cereales integrales o pobres en ácidos grasos omega 3.

Si bien las pruebas empíricas siguen siendo limitadas, muchos indicadores dejan entrever un efecto negativo de la pandemia de COVID-19 en los hábitos de alimentación, lo cual aumenta posteriormente el riesgo a largo plazo de padecer enfermedades no transmisibles.

Una buena nutrición ayuda a tener un fuerte sistema inmunitario. Por ejemplo, las frutas y verduras proporcionan vitaminas y minerales, y las grasas saludables en las aceitunas o semillas son ricas en ácidos grasos insaturados, que son necesarios para una respuesta inmunitaria eficaz. Por el contrario, una dieta rica en grasas saturadas, azúcar y sal predispone a la obesidad, la diabetes, la hipertensión y el cáncer, que han sido vinculados con una infección más grave por el virus de la COVID-19.

Sara Elizondo

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