Una segunda oportunidad, los sobrevivientes de la explosión en Tlahuelilpan
 
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Una segunda oportunidad, sobrevivientes de la explosión en Tlahuelilpan

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Solo dos de los cuatro pacientes que fueron trasladados al Hospital de Especialidades de Galveston, Texas, en Estados Unidos, para ser atendidos tras la explosión de un ducto en San Primitivo, entre los límites de Tlaxcoapan y Tlahuelilpan, están con vida; tienen una segunda oportunidad.

Alan Josette Hernández Reyes y Emmanuel Mendoza Escamilla, de 16 y 19 años de edad, respectivamente, sobrevivieron a la tragedia gracias a la Fundación Michou y Mau y el gobierno del estado.

Ricardo Camacho Sanciprián, director general de la Fundación Michou y Mau, destacó que sin el apoyo del hospital de Galveston no se hubiera podido salvar la vida de los dos jóvenes.

Explicó que para su recuperación se requería equipo especializado, entre ellos un Sistema de Flujo Laminal que impide mayores daños a los afectados por quemaduras.

“Estos tratamientos valen cuando menos un millón de dólares por cada persona, estuvieron internados cinco y siete meses; hubiera sido una fortuna y no nos cuesta, como tampoco el acompañamiento de los familiares, sus mamás estuvieron todo el tiempo con ellos, les dan albergue, de comer”.

Pero la recuperación de los pacientes no se debió solo al equipo médico de aquel nosocomio, sino a su pronta atención, señaló la directora de traslados de la fundación, Ámbar Solís.

“El traslado de Alan y Emmanuel se dio, en el caso del primero, al día siguiente de la tragedia, y del segundo, a los dos días”, refirió.

A diferencia de los sobrevivientes, Francisco Reyes Pedraza, de 12 años de edad, quien presentaba quemaduras en el 65 por ciento del cuerpo y Juan Alberto Martínez Sánchez, de 15 años de edad, con daños en el 87 por ciento de su fisonomía, fueron trasladados 11 y 13 días después del siniestro, respectivamente; ambos perecieron.

La admisión de Emmanuel fue posible gracias a la intervención de la presidenta de la institución de asistencia a personas quemadas Virginia Sendel de Lemaitre, pues el hospital Shriners atiende a menores de edad. En el caso de Emmanuel, ya contaba con 18 años.

 

ALAN ANHELA SER MECÁNICO

Con 16 años de edad, Alan Josette Hernández Reyes tiene clara su meta: “Quiero prepararme y estudiar la carrera de mecánica automotriz, ser un buen mecánico”, señaló el superviviente de la tragedia en San Primitivo.

Tras el siniestro, Alan resultó con 84 por ciento de quemaduras en su cuerpo. En su apoyo, la fundación Michou y Mau y el gobierno del estado lograron que fuera trasladado a Galveston, Texas, donde permaneció por cinco meses.

Actualmente –señaló– ya ha podido jugar futbol nuevamente. “Juego de nuevo cascaritas con mis primos”, dice.

El día de la tragedia, el menor iba acompañado de su primo Gabriel Cerón Reyes, también de 15 años, quien no tuvo la misma suerte que él.

La tragedia enlutó no solo a su familia, sino a todo un pueblo, refirió Rosalina Reyes, madre del menor. “Fue un accidente que no esperábamos. Todavía se siente feo, es horrible esto, esperamos que algún día se supere, pero no lo creo”.

Rosalina se dice eternamente agradecida por el apoyo que ha recibido del gobierno de Hidalgo, la Fundación Michou y Mau, Cruz Roja Mexicana y el Hospital de Especialidades de Galveston, sin cuya intervención no habría sido posible salvar la vida de su hijo.

EMMANUEL QUIERE TERMINAR SU CARRERA

Tras sobrevivir a la tragedia del 18 de enero de 2019, Emmanuel Mendoza Escamilla quiere volver a montar a caballo y aprovechar la segunda oportunidad que la vida le dio convirtiéndose en educador.

“Quiero echarle ganas, terminar mi estudio y ser alguien en la vida”, dice el sobreviviente, quien el día de la tragedia ingresó junto a su papá, Francisco Mendoza Ramírez, de 51 años de edad, al campo de alfalfa de la comunidad San Primitivo, de donde el segundo no salió con vida.

“Llegamos como a las 7:00 horas y enseguida explotó. Llegamos a la pura explosión”, señaló, tras recordar que ese día, antes de la desgracia ambos atendían el negocio familiar de enchiladas en la comunidad Teltipán, Tlaxcoapan.

Tras sobrevivir a la que es considerada como la peor tragedia ocurrida en Hidalgo, señaló que su meta es culminar la carrera de Intervención Educativa, en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), a donde espera regresar el próximo semestre.

Verónica Escamilla, madre de Emmanuel, agradece el apoyo de Virginia Sendel de Lemaitre y su fundación, además al gobierno estatal, instancias que mantienen un convenio para trasladar a Estados Unidos a pacientes con quemaduras.

SIGUEN EN RECUPERACIÓN

El director general de la Fundación Michou y Mau informó que la presidenta de dicha instancia hizo la petición a la Cruz Roja para que adquiriera el equipo de rehabilitación para que ambos pacientes puedan continuar con su recuperación en Tula y no trasladarse hasta la Ciudad de México, lo que finalmente se logró.

De acuerdo con Camacho Sanciprián, en Hidalgo el Hospital del Niño DIF dispone de una de las mejores unidades de quemados del país; sin embargo, esto siempre y cuando las lesiones lleguen hasta un 30 por ciento.

“Pasando del 30 por ciento, no es porque no haya capacidad, sino que se requiere de terapias intensivas completas y costosas, de muchos insumos caros. A un quemado con más del 50 por ciento no se le pueden tomar injertos, mientras que en Estados Unidos disponen de piel y todo lo que se requiere para atender a los pacientes y no se infecten”, aseveró.

 

Emmanuel Rincón

Pachuca

 

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