Enfundados en cubrebocas, pachuqueños salieron a celebrar a la Virgen de Guadalupe en su día. La Villita, como cada año desde principios del siglo XX recibió feligreses que asistieron con devoción este sábado 12 de diciembre.
En esta ocasión, debido a la pandemia de Covid -19, distintas dependencias tuvieron que implementar un operativo para evitar aglomeraciones. Por un lado, la policía municipal de Pachuca acordonó el atrio, y personal de la Copriseh vigilaba que se cumplieran las medidas sanitarias.
El barbijo no calló los cantos de los religiosos, ya que poco después de las ocho de la mañana inició la primera misa del día en honor a la Virgen al ritmo de “La Guadalupana”. En el templo no faltaron las mandas tradicionales, pues dentro del templo, una mujer, portando un estandarte con la imagen de María recorrió una parte de la iglesia de rodillas, mientras a sólo unos metros de distancia, arribaron al recinto dos niñas vestidas con ropas indígenas, acompañadas de su madre.
La capacidad máxima de la Basílica Menor de Nuestra Señora de Guadalupe fue limitada al 20 por ciento, sólo 160 personas podían entrar, sin embargo, en la primera celebración del día la ocupación fue menor.
Algunos fieles permanecían de pie en algún pasillo sin respetar las medidas de sana distancia, por lo que enseguida, personal de la iglesia les pedía reubicarse en alguna de las bancas, las cuales sólo permitían 2 personas por cada una, pues se encontraban limitadas con cinta amarilla.
Tras poco más de una hora de ceremonia religiosa, concluyó la misa y al salir, algunos de los visitantes aprovecharon para tomarse la foto del recuerdo, otros para rezar en silencio, con el objetivo de celebrar a la Virgen de Guadalupe en su día, a pesar de la pandemia.
Irving Cruz Pachuca
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