A cuatro semanas de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) comenzó a distancia el curso escolar 2020-2021, Verónica Ortega Ramírez, directora de Ciegos Fundación Hidalguense AC, consideró que esta institución olvidó a la población con discapacidad que cursa algún grado educativo.

“En la SEP no pensaron en los niños que tienen discapacidad visual, en cómo la están pasando ahorita para las clases”, afirmó.

Ubicada en la calle Julián Villagrán, de la colonia Centro de Pachuca, esta fundación es única en el estado al brindar educación básica a estudiantes con discapacidad visual, desde preescolar, hasta secundaria, incluso asesoran de preparatoria.

“¿Cómo vas a dar clases por televisión a un niño que no ve?, ¿cómo les voy a dar terapia vía internet, por videoconferencia o Zoom, cuando son pequeños muy sensoriales, que requieren de tocar, oler, oír?, ¿cómo voy a dar una indicación y corregirlos manualmente?”, cuestionó sobre los programas de la SEP.

Ortega Ramírez consideró que el regreso a clases debió contemplar a la población con discapacidad, pues señaló que además de ciegos y débiles visuales, hay población que presenta discapacidad para hablar o escuchar, e incluso ambas. “No se pensó en ellos tampoco”.

La pandemia además ha provocado una sensible disminución en la población que se atendía. En instalaciones de esta fundación, tomaban clases 42 menores, de los cuales solo tres regresaron en preescolar, cuatro en primaria y cuatro en secundaria.

Para evitar exponer a estos, se determinó que el lunes acuden solo los primeros, mientras que los segundos, martes y miércoles, atendiendo estrictas medidas de ingreso a las instalaciones, las cuales incluyen un proceso de desinfección tanto del menor como de los artículos que porta, hasta la sana distancia.

Esta fundación se sostiene de aportaciones voluntarias de los padres de familia y de recursos obtenidos a través de instituciones públicas. Desde que la pandemia de Covid-19 impactó al país, los recursos para funcionar bajaron a apenas 20 por ciento.

“Vivimos de cuotas que aportan los padres o donaciones, pero desde que está el covid, mis apadrinamientos me dijeron ‘hasta aquí, yo te aviso cuándo vuelvo a  apoyarte’”, aseveró.

Ortega Ramírez confía en que acabará la crisis y que en un futuro no muy lejano se consolide el proyecto de un albergue para débiles visuales.

“Afortunadamente, logramos contar con instalaciones propias, siendo apenas la segunda fundación del estado en tener este logro; una de nuestras metas es un albergue, sobre todo para quienes se trasladan de otros municipios”, añadió.

Emmanuel Rincón

Pachuca

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