Aunque empresarios chinos y de otras nacionalidades están interesados en adquirir productos hechos a base de mármol y otras rocas calizas, mineros y ejidatarios de Dengantzha no cuentan con maquinaria ni equipo para trasformar la piedra, por lo que comercializan el material con intermediarios.
La comunidad, ubicada en Francisco I. Madero, tiene vocación minera, pero el trabajo que se realiza aún es rudimentario. Los obreros obtienen ganancias inferiores porque no pueden otorgar un valor agregado al material que extraen de sus minas.
Andrés Rosas López, del Consejo de Vigilancia de la localidad, afirmó que podrían ingresar al mercado extranjero si la actividad se tecnifica.
“China ya ha puesto los ojos en esta comunidad, al igual que otros países. Desgraciadamente no podemos porque nos piden el material terminado, y eso implica muchos millones de pesos”, dijo la autoridad auxiliar.
Laurencio López Bautista, ejidatario de la región, expuso que el producto que obtienen de los bancos es ofertado a empresas del Estado de México, las cuales les pagan 130 pesos por una tonelada de caliza.
Estas firmas dan un valor agregado al producto y lo venden hasta en 130 mil pesos por tonelada. “Valdría la pena que el gobierno nos apoye con infraestructura”, expuso.
“Desgraciadamente no se puede crecer, los que crecen son los intermediarios: ellos son los que se llevan las ganancias”, lamentó el ciudadano.
Recordó que hace algunos años desarrolló un plan para la explotación de 800 hectáreas de caliza, mármol y dolomita, y lo presentó a la Secretaría de Economía, pero no recibió apoyo.
El miércoles entregó la iniciativa a Lamán Carranza Ramírez, titular de la Unidad de Planeación y Prospectiva, quien se comprometió a revisarlo.
La falta de maquinaria también afecta la cantidad de material que se extrae, pues las empresas requieren 300 toneladas diarias, pero únicamente son capaces de sacar 80, agregaron.
Yuvenil Torres I Pachuca
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