En Hidalgo, autoridades ambientales han confirmado la presencia de al menos tres tipos de felinos: puma, jaguar y yaguarundí, lo que habla —dicen— “es un buen síntoma de la salud de los ecosistemas en la entidad”.

En especial, el avistamiento de una de las especies, el puma concolor o león de montaña, abarca distintas zonas de la Sierra Madre Oriental, entre ellas el Valle del Mezquital, las sierras Alta y Gorda, así como la cordillera de Metztitlán.

En 2008 se tuvo conocimiento sobre la presencia de felinos de gran tamaño en territorio hidalguense cuando policías municipales cazaron a un puma que husmeaba en botes de basura al exterior de viviendas cercanas al río Tula. Entonces, se dijo que el ejemplar macho se acercó a las zonas habitadas por hambre y se minimizó el tema por parte de las autoridades ambientales.

Desde entonces no se tuvo conocimiento de más avistamientos, hasta 2017, cuando pobladores y representantes de siete comunidades de la zona montañosa de Actopan reportaron afectaciones a sus hatos de ganado.

Daños al ganado

Martín Cruz Chavarría, entonces delegado de la comunidad Plomosas, pidió la intervención de los tres órdenes de gobierno debido a que en la montaña se sabía de un depredador de gran tamaño; tenían claro que era un felino, pero creían que se trataba de un león y que muy probablemente se habría escapado de algún circo.

Junto con los delegados y comisariados de las comunidades, recordó, se logró la atención de las autoridades y se acordó una ruta de atención inmediata para determinar qué animal era el que rondaba la zona.

“El puma siempre ha estado en esta región, la mayoría de los avistamientos se dieron en 2017; nosotros ya tenemos muy pocos animales, mucho antes, los ganaderos tenían gran cantidad, les comían uno o dos y no se daban cuenta. Ahora, las personas tienen pocos animales de corral y por eso es posible percatarse cuando son mermados”, refirió.

Testigos de dichos sucesos habían distinguido a un felino: “Un gato de tamaño grande”, especularon que podría tratarse de un puma; sin embargo, las autoridades ambientales, federales y locales, consideraron que era poco probable que en este lugar se pudiera contar con la presencia de esta especie.

Federico Vera Copca, entonces delegado de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), adelantó que era posible que se tratara de perros ferales y les atribuyó los daños al ganado.

Identifican al predador

Testimonios como los de Abundio Vargas y Magdalena Pérez, vecinos de la comunidad Benito Juárez, quienes relataron sus encuentros con el puma, llevaron a que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath) colocara cámaras trampa en junio de 2017, y en los primeros días de julio de ese mismo año se confirmó lo que ya habían adelantado los pobladores, “un puma macho de gran tamaño y en excelentes condiciones de salud rondaba en este lugar”, así lo definió la dependencia entonces.

Posteriormente se reportó la presencia de una pareja, hembra y macho; año y medio después, se descubrió a una hembra con dos cachorros recorriendo el cañón del río Amajac.

La confirmación de la presencia del puma en esta región llevó al gobierno del estado a diseñar un plan de concienciación y capacitación a los pobladores para establecer mecanismos de protección de su patrimonio; asimismo, una campaña con la que se les informó que no había riesgo de cohabitar con el felino, pues el humano no es visto como presa.

Nuevos Avistamientos

En 2019, la Semarnat confirmó la presencia de puma, jaguar y yaguarundí en el Parque Nacional  Los Mármoles, que abarca 60 comunidades indígenas de Zimapán, Jacala, Nicolás Flores y Pacula, aunque se tienen reportes que desde 2016 se tenían avistamientos.

En 2020, en los límites de Cardonal y Tlahuiltepa, un puma cachorro fue cazado, debido a que en comunidades de esta zona reportaron la presencia de un depredador que aprovechaba las noches para ingresar a los corrales.

Para diciembre del 2021, en el paraje de la Peña Partida, en el municipio Tasquillo, fue localizado el cadáver de un puma semienterrado, cubierto con piedras; fue víctima de un cazador, incluso se utilizó un rifle de alto poder, determinó la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que anunció una investigación por este caso.

En febrero de este año, pobladores de la comunidad de Lázaro Cárdenas, Tlahuiltepa, colocaron una cámara trampa y constataron la presencia de una hembra de puma solitaria.

El 21 de febrero pasado, la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) informó que le fueron entregadas tres crías de puma concolor que deambulaban solas en Tlanchinol.

Los hechos se registraron en la localidad de Lontla, cuando Gerónimo Cebollón realizaba labores agrícolas y encontró a los felinos de aproximadamente cuatro semanas de edad.

Con estos avistamientos, se confirma la presencia del león de montaña en las zonas del Mezquital, las sierras Gorda y Alta, así como la cordillera de Metztitlán, donde se han tenido reportes de ataques a ganado en recientes fechas.

Crean santuario

Tras la confirmación de la presencia de puma concolor en Hidalgo, en 2020 el gobierno creó el Corredor Biológico Actopan que abarca 9 mil 267.38 hectáreas, con el respaldo y consentimiento de los ejidos El Saucillo, Las Mecas y Santa María Magdalena, el cual está considerado como área natural protegida con un certificado de preservación de 30 años.

En julio del 2017, se confirmó la presencia de una pareja, hembra y macho de puma. Un año y medio después se descubrió a una hembra con dos cachorros, una familia estable recorriendo el cañón del río Amajac.

Para el gobierno de Hidalgo, la presencia del león de montaña es considerado “un buen síntoma de la salud de los ecosistemas en la entidad”.

De acuerdo con el decreto publicado en el Periódico Oficial del Estado de Hidalgo, el área para certificar el corredor biológico surgió como una propuesta de las comunidades y ejidos involucrados en este proyecto de conservación del puma.

Para llevarlo a cabo, participaron diversas dependencias federales, así como expertos en la conservación y manejo sustentable del jaguar y de otros felinos silvestres en el país y en Hidalgo, que dieron como resultado el primer corredor biológico en la entidad.

Las comunidades y ejidos realizaron asambleas generales y mediante un proceso de usos y costumbres aprobaron el programa de conservación a través de actas de acuerdos.

Con este proyecto, las obras y actividades que se realicen en esta área protegida deberán sujetarse a los lineamientos establecidos en el plan de manejo y estudio técnico, asimismo a las disposiciones jurídicas aplicables.

En 2018, como parte del programa de conservación del felino, la Semarnath introdujo a este corredor 18 ejemplares de venado cola blanca, con el propósito de regenerar el ecosistema natural, reintroduciendo especies que se exterminaron por causas humanas.

Las localidades Plomosas y Ejido Benito Juárez rechazaron integrarse al corredor, debido a que en 2020 una empresa minera realizó estudios del suelo en busca de minerales y de por medio se ofrecieron prebendas para la población, además de un desarrollo inmobiliario.

Luis Antonio García Lugo, director de Ecología y Medio Ambiente en Actopan, explicó, que desde hace cuatro años se tienen registrados en promedio 10 ataques, cinco de ellos confirmados de puma, pese a ello, las comunidades en el proyecto están “contentas con la presencia de este felino”.

Antonio Reyes I Actopan

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