Eugenio Pizzuto será el tercer jugador mexicano que prueba fortuna en la Ligue 1.
Aunque Francia no es un destino común para los aztecas, quienes habitualmente son fichados por clubes de Alemania, España, Holanda y Portugal, el balompié galo ha crecido con el paso del tiempo y se ha confirmado en el Viejo Continente con proyectos interesantes.
El primero en emprender el viaje este país fue Rafael Márquez, quien en 1999, con 20 años, fue contratado por el AS Mónaco, uno de los cinco más ganadores de la Ligue 1, con los que en su primer temporada consiguió el título local y la Supercopa.
El Káiser se mantuvo cuatro años con los rojiblancos; se consolidó como uno de los mejores centrales en el Viejo Continente y fue la plataforma que lo llevó al Barcelona, en 2003.
El segundo caso de un mexicano se dio hasta 2011, cuando Guillermo Ochoa sorprendió al incorporarse al recién ascendido Ajaccio, un equipo con el que no tuvo la oportunidad de pelear campeonato; sin embargo, sus actuaciones fueron clave para que el Oso no perdiera la categoría en dos temporadas seguidas.
En 2014, tras el Mundial en Brasil, Memo dejó al equipo para ir al futbol español, con el Málaga.
Eugenio Pizzuto será el tercer jugador mexicano que busque protagonismo en la Ligue 1 con el Lille, con el que firmó contrato por dos años.
Alejandro Velázquez I Pachuca
