Este operativo se realiza con frecuencia en las noches de la Feria de San Francisco, pues puede representar la diferencia entre la tranquilidad y la tragedia
Criterio acompañó a las autoridades policiacas de Pachuca a un operativo alcoholímetro | Foto: Especial
El reloj marca las 00:30 horas, la madrugada comienza a pesar sobre las calles de Pachuca, pero, para un grupo de más de 10 oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad que se encargará del alcoholímetro, el trabajo apenas empieza.
Con chalecos verdes que brillan bajo las luces de los automóviles, dos grúas listas para cualquier eventualidad y una nueva unidad tecnológica, el equipo de Prevención del Delito, bajo el mando de Óscar García Gómez, se prepara para una larga jornada nocturna en el alcoholímetro.
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Criterio se sumó al operativo la noche del jueves 26 de septiembre, a fin de observar de cerca lo que ocurre cuando las luces se encienden y el dispositivo comienza.
El punto elegido no es azaroso. Para aquel momento, se eligió el bulevar Luis Donaldo Colosio, a la altura de la plaza comercial Gran Patio; esta es una arteria que conecta el sur, poniente y norte de Pachuca.
En dicho lugar, el flujo vehicular nunca se detiene, especialmente en noches de feria, ya que, durante los próximos minutos, el alcoholímetro en Pachuca buscará hacer la diferencia entre una noche tranquila y un accidente evitable.
Los automotores desfilan sin pausa. En 30 minutos, los oficiales ya han realizado al menos cinco pruebas de alcoholemia, dos de ellas arrojaron resultados positivos.
El proceso es casi automático: el conductor sopla, la máquina dictamina y, en caso de superar los 0.39 grados de alcohol permitidos, el vehículo es asegurado; en el caso de esa noche, los infractores habían bebido más de dos copas, lo que bastó para rebasar el límite.
Las grúas se ponen en movimiento y los autos son retirados del lugar, mientras que los conductores observan con resignación y algunos entre reclamos airados a los uniformados.
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Óscar García, el director del operativo, explicó que lo que se ve en el bulevar es solo “la punta del iceberg”. “El alcoholímetro no empieza aquí a la medianoche, horas antes ya estamos trabajando en la selección de los puntos estratégicos, buscando las zonas con mayor flujo vehicular y donde hemos detectado más incidentes viales”, afirmó.
Nada se deja al azar, agregó; además, el dispositivo cuenta con el acompañamiento del personal de Asuntos Internos de Pachuca, que vigila de cerca para prevenir cualquier intento de corrupción, un mal que siempre ronda estos procedimientos.
Con la Feria de San Francisco Pachuca 2024 en marcha, el alcohol se convierte en un protagonista no deseado, pues, según García Gómez, durante esta temporada, el número de conductores en estado de ebriedad aumenta de manera significativa.
El año pasado, en 2023, se registró un aumento del 16 por ciento en las personas que cayeron en el alcoholímetro respecto a lo que hubo en 2022. Las cifras no son solo números fríos, pues representan potenciales accidentes que se intentan prevenir noche tras noche. Para este año, la meta es disminuir esa incidencia.
Las multas oscilan entre las 50 y 150 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA); es decir, entre los 5 mil 400 y 16 mil pesos, dependiendo del grado de intoxicación.
A pesar de ello, el alcoholímetro busca evitar medidas extremas, ya que los conductores no son arrestados, salvo en casos donde se presenten agresiones contra los uniformados, algo que, aunque no ocurre con frecuencia, ha sido parte de las historias de noches anteriores.
A medida que transcurre la noche, la dinámica se repite: más carros, más pruebas y uno que otro automovilista que tendrá que explicar a su familia o amigos por qué su coche no está en casa.
Para los oficiales, es un trabajo repetitivo, pero vital. Cada conductor detenido por manejar en estado de ebriedad es un posible accidente que no sucederá.
A las 4:00 horas se decreta el fin del alcoholímetro en la capital hidalguense. Para entonces, la mayoría de la ciudad dormirá en paz, sin saber que algunos héroes con chalecos verdes trabajaron incansablemente para que la noche terminara sin tragedias.
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