Regalan artesanos tenangos, bordados a las trasnacionales
 
Hace (100) meses
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Los bordados de Tenango de Doria ya recorren el mundo bajo firmas trasnacionales que explotan su potencial comercial en los mercados más caros y, ahora, utilizan esos diseños indígenas sin reportar mayores ganancias a sus creadores.

 

Prácticamente solos sin el apoyo oficial, los artesanos de la zona Otomí-Tepehua enfrentan los embates de la globalización y ven como su riqueza artesanal ya está estampada en mascadas de firmas como la francesa Hermès, Mara Hoffman o aquellos que se disfrazan como proyectos sociales como Pineda Covalín.

Un traje de baño de Mara Hoffman con estampados de los llamados “tenangos” tiene un costo en aparador de 253 dólares, y no hay en existencia por su alta demanda.

Mientras que Hermès vende mascadas en 5 mil 360 pesos tras pagar sólo mil 280 a las artesanas de San Pablo El Grande que las confeccionan.

Además, esta empresa multimillonaria podrá hacer uso indiscriminado de los diseños luego de pagar 2 mil 500 euros (41 mil 681 pesos) por cada uno como regalía, dinero que fue cobrado por el Museo de Arte Popular, que se encargo de servir de enlace.

Hidalgo está considerado como uno de los estados con menos explotación de su riqueza artesanal, prueba de ello es la ausencia de un mercado formal de artesanías, dice Margarita Ordóñez Doñhe, promotora e integrante del grupo de bordadoras de San Nicolás.

En Pachuca, dos restaurantes concesionarios prestan una sección para que Hidarte, exhiba artesanías. “Pero ellos piden los bordados y cuando los venden nos pagan, entonces no podemos meter nuestro dinero para que ellos ganen”, dice la artesana que ha recorrido durante casi 15 años de manera particular casi todo el país colocando el trabajo del grupo de trabajo.

Hidarte, según el directorio oficial, esta asignado a una oficina de la Secretaría de Desarrollo Social que dirige Alberto Meléndez Apodaca. Respecto a la comercialización que realizan las grandes firmas, a la indígena no le parece algo extraño, “todos nos ven fregados y nos quieren exprimir más”.

Y cita como ejemplo las promesas que reciben de los funcionarios estatales, por ejemplo, de Lorena Lagarde quien “nos hizo creer que ahora si tendríamos en donde vender y resulta que todo fue promesas. La historia siempre se repite”.

Esta mujer que dedica una parte de su tiempo ayudar en la siembra de la parcela de autoconsumo que les da maíz para todo el año; que lava y plancha para su familia; cocina y además borda hasta cuatro horas diarias, trata que sus gastos no se eleven a más de 500 pesos a la semana, “porque eso ya está fuera de nuestro alcance”.

Mientras, en las pasarelas de Nueva York, Miami o en algunas de Europa, las tiendas que visten a los magnates ofrecen los llamativos colores que logran con hilo Omega los indígenas de Tenango de Doria, sin mayor retribución que unos pesos.

“Un chal de casi dos metros de un material parecido a la seda y con bordado en hilo fino, que nos cuesta ocho días de trabajo, lo damos en 500 pesos, a veces en menos, porque el hambre es dura”, concluye Margarita.

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